ENTREVISTA 24 digo esto? Porque a nuestros padres, personas hechas a sí mismas, les dejaban trabajar. No había tantas restricciones laborales y sociales para ejercer su trabajo como hay ahora. Pero ahora esto no es así. Afortunadamente la sociedad ha evolucionado, se ha ganado en calidad de vida, pero también es cierto que desde algunos ámbitos se fomenta la cultura de no esforzarse, de no salir de la zona de confort (condicionada en muchas ocasiones desde fuera con comentarios del tipo “no cojas el teléfono si te llaman más tarde de las 7 o en fin de semana”…). Y también nos enfrentamos a una competencia mucho mayor, con grandes multinacionales llegadas de todas partes del mundo que hacen que todo sea mucho más difícil. Mi padre, por ejemplo, nunca tuvo que competir con una empresa canadiense o de cualquier otro país para trabajar en las minas y ahora eso es lo más habitual. Lo tenemos todo en contra. Por eso, ser empresario hoy en día es una gesta. Y tener una empresa viva después de 35 años, un milagro. Pero a pesar de los pesares, Jofemesa sigue hoy bien presente en el mercado como uno de los referentes en el alquiler demaquinaria. Tanmal no lo habrán hecho… Sí, y déjeme que le diga una cosa: Hemos tenido momentos muy complicados en la historia de la empresa pero le puedo asegurar que a pesar de todo ello nunca hemos dejado de pagar a un trabajador, ni siquiera hemos bajado un sueldo. Aquí, el que no vale se va a casa pero nunca le bajaré la nómina. No lo hemos hecho ni en la pandemia, cuando en otras empresas se ponía a muchos trabajadores en media jornada para reducir los costes. De hecho, en ese tiempo, del año 2020 al 2021 conseguimos aumentar un 50% nuestra facturación sin tocar la situación de los trabajadores. Algo de lo que seguro estaría orgulloso mi padre. Hay unmomento clave en el desarrollo de Jofemesa, en 2015, cuando cambian radicalmente demodelo de negocio. ¿Podría profundizar un poco en cómo se hizo? Hasta esemomento teníamos una dependenciamuy grande de un solo cliente que suponía el 80% de toda nuestra facturación. La relación con esa empresa era además muy compleja por los numerosos y exigentes compromisos que teníamos que asumir. Por ejemplo, según firmábamos nuevos contratos te imponían coger a determinados trabajadores. Como me gusta decir a mí, eran 180 empleados y doce delegados sindicales que no sentían los colores, a los que solo les importaba cobrar sus nóminas porque hoy trabajaban para Jofemesa pero quizás en tres años lo hacían para otra empresa. No tenían ningún apego. Todo era un despropósito. De hecho también te ponían trabas para crecer en otros negocios que quisieras ejercer fuera de allí. Por tanto, había que tomar la 'Gran Decisión': dejar de trabajar para ese cliente y crecer por otro lado. Y fui yo quien tomó esa decisión sin decir nada a nadie, ni siquiera a mi padre. Fue una decisión arriesgada pero, con perspectiva, tengo que decir que afortunadamente salió bien. En un proceso lento de tres años, como el Brexit, ese cliente se fue quedando con los trabajadores que hasta entonces teníamos en Jofemesa y fuimos equilibrando lo que perdíamos de ingresos con esta actividad con el crecimiento que íbamos obteniendo en el alquiler de maquinaria sin operario para otros clientes. No exagero al decir que fue una obra maestra. A pesar del gran cambio de modelo de negocio que suponía, se hizo la transición tan suavemente que nuestro asesor fiscal y los bancos ni se percataron de que habíamos dejado de trabajar con ese cliente hasta varios años después de que ocurriera. Ud. quizás no lo querrá reconocer, por modestia… pero es evidente que su entrada en la Dirección de la compañía supuso un punto de inflexión… Quien me conoce sabe que no me gusta la palabra 'yo'. Prefiero usar 'nosotros'. Es evidente que mi carácter y mi forma de ser no deja indiferente a nadie. Mis amigos me adoran profundamente pero también es cierto que a quien no le gusto, no le gusto nada. Por fortuna, creo que tengo más amigos que detractores pero a mi edad, ya no me van a cambiar. Seguiré siendo inconformista y huiré de cualquier zona de confort. Mi padre siempre me decía que tenía que dejar algo para los demás pero eso no va con mi forma de ver la vida, siempre quiero más. Tengo 53 años y lo que quiera conseguir lo tengo que hacer aquí y ahora. Solo tenemos una vida. Recuerde que yo soy asturiano y cuando me levanto por la mañana y abro la ventana, veo una montaña. Y después otra montaña. Y después otra montaña… Eso crea carácter. Otros abren la ventana y lo ven todo llano. Joaquín Fernández en la delegación de Puerto Sagunto (Valencia).
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