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181 AISLAMIENTO casi sin perfil, la vista al exterior permanece imperturbada. Tan variadas como los planos son las dimensiones de las aperturas de las ventanas: cada vivienda del edificio Las Golondrinas tiene ventanas de diferente tamaño. Así pues, se buscó una solución a medida que respondiera tanto a la demanda de propiedades térmicas y acústicas como a los requisitos estéticos de los arquitectos. La fachada delantera rectilínea en la parte trasera del edificio crea equilibrio y garantiza la ventilación transversal y una iluminación continua con ventanas de gran formato El Barrio de La Carihuela, en Torremolinos (España), es célebre por su activa vida playera en verano. A sólo 50 metros del paseo de la playa, el joven estudio de arquitectura Eido ha creado un llamativo edificio con una impresionante fachada de aluminio, vidrio y cerámica. En tres plantas, crearon once viviendas de vacaciones concebidas individualmente y un ático en la azotea. Lograron el equilibrio entre abrir los interiores a la luz natural y las vistas al mar y, al mismo tiempo, combatirlos del intenso sol mediterráneo y protegerlos de vistas indeseadas. ARQUITECTURA EXPRESIVA Aprovechar al máximo el terreno muy estrecho era la máxima de los arquitectos. Al sureste, hacia la calle y la playa, abrieron el edificio con un gesto expresivo: la fachada principal con sus apartamentos escalonadas y grandes superficies acristaladas se abre al sol de la mañana. Grandes tabiques separan las viviendas entre sí y proporcionan intimidad y privacidad. Como parasoles, proporcionan sombra y frescor durante las horas más soleadas del día. El diseño variado de las terrazas acristaladas sugiere planos de planta individuales, que de hecho conforman la arquitectura distintiva de las viviendas vacacionales. La fachada delantera rectilínea en la parte trasera del edificio crea equilibrio y garantiza la ventilación transversal y una iluminación continua con ventanas de gran formato. SUPERFICIES DE VIDRIO APORTAN RITMO A LA FACHADA En sus viviendas, los residentes deben tener la impresión de estar directamente en el mar. De acuerdo con el deseo del cliente, el interior y el exterior debían comunicarse, por lo que la fachada sureste es toda de vidrio. Ventanas de suelo a techo de 2,65 metros de altura crean interiores inundados de luz y, gracias a las ventanas Las fachadas del llamativo edificio se diseñaron con tres materiales: acristalamiento transparente de gran formato, paneles de aluminio resistentes a la intemperie y brillantes, y revestimientos cerámicos robustos de color tierra para las terrazas. Foto: Finstral.

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