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METODOLOGÍAS DE TRABAJO José Luis París 90 “Implantar metodologías de trabajo requiere un compromiso por parte de toda la empresa” PATRICIA PÉREZ, GERENTE DE PERSO Mejorar la producción y la productividad de las fábricas de ventanas, no es solo cuestión de inversión en maquinaria o en mayores plantas de fabricación, infraestructuras o en consultores. Es mucho más que todo esto. Implantar una metodología de trabajo eficiente es un cambio de filosofía, de mentalidad, y de diagnosticar tus verdaderas necesidades, así como implantar metodologías que te ayuden a mejorar tus procesos. Debería ser un paso esencial antes de emprender otras acciones que pueden suponer unos costes a veces difíciles de amortizar. Patricia Pérez, a través de la consultoría e ingeniería Perso, atesora una larga trayectoria en el asesoramiento a empresas de nuestro sector en la implantación de este tipo de metodologías. De las ventajas y compromisos que supone adoptar estas medidas, nos habla en la siguiente entrevista. Desde vuestra experiencia, ¿cómo han evolucionado las fábricas de ventanas desde que empezasteis vuestra labor como ingeniería y consultoría hasta ahora? Desde luego, hay un antes y un después. Tengo que remontarme al año 2005, época en la que poco más de cinco grandes empresas sobresalían mucho por encima del resto. Entre ellas, había una que era el referente y casi todas querían imitar, pero os puedo asegurar que la segunda estaba a años luz. Tuvimos la gran suerte de formarnos en esta gran empresa, desde el año 1998 hasta el 2005. La filosofía de trabajo, el compromiso de los trabajadores, el rigor y la diferenciación que aprendimos y vivimos allí era inigualable. Tuvieron que pasar muchos años hasta encontrar y/o desarrollar alguna empresa que comenzara a parecerse. El resto era una atomización de empresas muy pequeñitas, la gran mayoría hechas a sí mismas y acomodadas dentro de un sistema de gestión familiar de toda una vida, muy poco productivas, con personal de baja cualificación y con escaso interés por cambiar y mejorar para hacer sus procesos más eficientes y productivos. Los altísimos márgenes absorbían las ineficiencias de unas empresas estáticas, haciendo que al final de la jugada siempre se ganase algo, con lo que les iba bien. Estos elevados márgenes ocultaban la realidad de unas compañías con

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