74 DOSSIER ZONA DE CORTE EN LA PELUQUERÍA CANINA (1) OPINIÓN UNA VISIÓN PROFESIONAL SOBRE LA EVOLUCIÓN DE LAS TIJERAS PARA PELUQUERÍA CANINA Ese verano, mi compañera de trabajo, después de haberse cerciorado de que no tenía plan alguno para después del instituto, me propuso que la ayudara en el salón dado que en ese momento se encontraba con una carga de trabajo importante y necesitaba a alguien para que le echara una mano. Y así lo hice, pero, no nos vamos a engañar, mi primera toma de contacto con la profesión no fue muy buena: me pareció un trabajo muy duro, los perros se resistían y a veces venían incluso con miedo. En esos tiempos, la peluquería canina era bastante desconocida y, siendo sinceros, no estaba muy bien vista. Digamos que, por aquel entonces, se identificaba a los peluqueros como “gente rara que se dedica a cortar el pelo a los perros”. Aún así, el destino quiso que siguiera. En 1997 se celebró el primer campeonato de peluquería canina en España, y allí estuve yo. Me apunté sin tener apenas idea de nada, pero con mucha ilusión por ver qué se cocía en aquel emblemático evento de la feria de Montjuïc. Mi aventura en esta profesión empieza hace más de veinte años cuando, combinándolo con los estudios, encuentro un trabajo en una antigua tienda de animales en Barcelona, lo que me permitiría ayudar económicamente en casa en una época de crisis que nos hizo crecer más rápido de lo que nos hubiese gustado. Fue ahí cuando descubrí por primera vez la peluquería canina. Carol Buiza, propietaria del salón Style Dogs Carol Buiza, propietaria del salón Style Dogs.
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