76 MÁS NOTICIAS DEL SECTOR EN: WWW.INTEREMPRESAS.NET • SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER ETOLOGÍA Como biólogo evolutivo y etólogo canino, me pregunto siempre cómo fue la domesticación del lobo al perro, y el mayor experimento de genética del siglo XX fue el trabajo del biólogo Dmitry Belyaev con los zorros en 1948, donde finalmente fue resuelto el enigma de cómo el lobo 'se convirtió' en perro. Durante casi un siglo, la mayor idea de Darwin tenía un vacío para Belyaev. LA ETOLOGÍA CANINA APLICADA AL ADIESTRAMIENTO DE LOS PERROS Para ilustrar la selección natural, Darwin no sugiere directamente que los seres humanos comparten un ancestro común con los simios. En su lugar, utiliza un concepto que todo el mundo conocía, la domesticación. Todo el mundo sabía que se podía criar selectivamente a los perros con ciertas características físicas, como el tamaño o el el color del pelaje. Darwin quiso extender esta idea un poco más allá sugiriendo que, en vez de de la mano del hombre, fue una selección natural lo que llevó a evolucionar. El problema fue que no podía decir cómo se inició el principio de la domesticación: nadie estaba tomando notas mientras el primer lobo fue transformado en un perro, o un jabalí en un cerdo. Aquí es donde Belyaev intervino y, en silencio, comenzó una tarea hercúlea que colas se acortaron. También tenían las orejas caídas y ladraban. Belyaev lo había hecho. Había tomado una población de animales salvajes y, esencialmente, domesticado. Y no solo eso, había descubierto el mecanismo por el que pasó: no por la cría de forma intencionada para cada rasgo físico, sino al ser seleccionados solo por el comportamiento. Es decir, el poder criar a los animales que fueron amables hacia las personas. Esto ha demostrado que la selección basada en la docilidad repercute en el aspecto general del perro. La adrenalina –la hormona del peligro– y la melanina –el pigmento del pelo y la piel– están químicamente ligadas, de manera que cambian juntas, igual que los neurotransmisores –dopamina y noradrenalina– que controlan el comportamiento. Si un nadie hubiera creído posible: poder domesticar una especie desde cero. Belyaev comenzó su experimento con el zorro plateado. En lugar de tratar de crear una especie domesticada, seleccionada para cada rasgo físico, la había seleccionado por un rasgo de comportamiento sencillo. Según la distancia de fuga, si los zorros se acercaban a una mano humana, eran seleccionados. Después de solo 45 generaciones, los zorros experimentales comenzaron a cambiar en formas que podrían requerir no solo miles de años, sino millones en el medio silvestre. Los zorros experimentales de Belyaev eran radicalmente diferentes de la población control: tenían cráneos y dientes caninos más pequeños. Sus pies estaban manchados y sus Erik Farina, biólogo evolutivo y etólogo canino
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