bien apretando la agenda intentado contentar a los clientes que nos demandan un servicio casi inmediato. Todos conocemos las llamadas en las que se nos pide celeridad en nuestros servicios, unas llamadas que se repiten a lo largo de los días con peticiones inmediatas por personas que, muchas veces, ni siquiera tienen interés sobre el profesional que están buscando. Es decir, su elección no se basa en la búsqueda de alguien que se adapte al cuidado que su perro requiere, sino que solo buscan un “¿Cuándo?” y un “¿Cuánto?”. Todos tienen prisa y muchos de ellos alegan la emergencia por el calor o la “falta” que tiene el animal, responsabilizándonte, en muchas ocasiones, incluso de lo mal que lo va a pasar su perro si se le hace esperar. Generalmente, este tipo de cliente estacional no tiene (ni, probablemente, tendrá) un establecimiento fijo y, como su demanda es puramente temporal, año tras año buscará un lugar en el que se le atienda, si no muchas veces el salón más “barato”. Es esta época del año también cuando, si nos dejamos llevar por la locura estacional, más reclamaciones experimentan los servicios estacionales. Este tipo de “quejas” (me refiero sobre todo a las de Google Business) vienen dadas, amodo general, por tres cuestiones: • Un servicio de menor atención si nos hemos cargado de trabajo Debemos ser realistas y asumir un número de clientes adaptado a nuestro potencial real de trabajo, no saturando desmesuradamente a nuestro equipo dejándonos llevar por una demanda excesiva. El tiempo para comer e hidratarnos es fundamental para soportar un ritmo de trabajo más acelerado. 25 PELUQUERÍA CANINA
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