reportaje La tecnología 3D ya ha dado el salto al mundo de la gastronomía. Y, en realidad, lo único que cambia es que el material a imprimir es comestible, mediante capas que se van superponiendo. Esta tecnología en constante evolución, que ya utilizan de modo extensivo los pasteleros, permite realizar cada vez más elaboraciones e imprimir comida original y sofisticada, a la carta y con unas características muy particulares. En el proceso, se van depositando capas de material del tamaño necesario hasta que se construye la forma que se ha preseleccionado. La pantalla táctil permite escoger la composición de cada receta a partir de un amplio catálogo. Simplemente, hay que introducir los ingredientes en cada cápsula, a partir de una creación previa en pantalla que permite realizar ajustes y retoques antes de que la máquina inicie el proceso. Este puede tardar desde sólo cinco minutos hasta veinte o treinta, dependiendo de la receta y la dificultad. Su uso se está extendiendo sobre todo en el sector de la pastelería creativa. El único inconveniente de las impresoras 3D es que crean los platos pero no los cocinan. Parece, sin embargo, que este futuro no anda lejos y que ya están en marcha investigaciones para unir ambas funciones en un solo aparato. Tampoco se puede imprimir todavía cualquier tipo de ingrediente. Sus mayores defensores aseguran que será posible la impresión de alimentos que tengan la proporción de nutrientes y composición que se desea. Además, se podrá personalizar la comida para imprimirla con las características que se necesitan según edad, peso, dieta, tipo de vida.., abriendo un abanico de posibilidades para la mejora de nuestra nutrición. En todo caso, esta tecnología contará, de buen seguro, con sus defensores y detractores. Los primeros aseguran que las ventajas son múltiples: al darle a la comida la forma que se desea, desaparecen determinados reparos a la hora de consumir algunos alimentos, ya que éstos se presentan con la textura y el diseño que cada uno desea. Ya es realidad en el hogar Una empresa española, Natural Machines, ha lanzado Foodini, que apuesta por la impresión 3D con el objetivo de preparar alimentos saludables de forma fácil y divertida. Utiliza un modelo de cápsulas abiertas, lo que significa que el consumidor prepara y coloca los ingredientes frescos en Foodini, que imprime una gran variedad de productos: carne, masas, frutas, verduras... con formas insólitas. Se conecta a internet para seleccionar las recetas preferidas y compartirlas en redes sociales o para gestionar el dispositivo. Hay otras empresas que han lanzado máquinas semejantes, como ChefJet 3D, pensada para el mundo de la repostería, que trabaja con ingredientes como el azúcar, chocolate y sabores artificiales como la vainilla y frutilla, además de colorantes. Por su parte, Choc Creator es una impresora especializada en chocolate, que puede crear formas y combinaciones exquisitas diseñadas desde el ordenador. La impresión en 3D es una tecnología que permite crear modelos y estructuras tridimensionales mediante diferentes técnicas de inyección y extrusión. Esta tecnología se desarrolló principalmente en el entorno de la ingeniería de los materiales con el fin de reducir los tiempos y costes del desarrollo de moldes y estructuras tridimensionales necesarias en el proceso de diseño industrial. Desde hace un tiempo, los sistemas de impresión 3D han dado el salto al campo doméstico y permiten, mediante un interfaz adecuado, llevar al espectro físico unmodelo digital desarrollado en nuestro ordenador. no es 60 -
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