antihigiénico y anticuado, hasta los que creen que atenta contra la intimidad. En Gipuzkoa se llegó a crear una coordinadora de plataformas anti-PaP. De momento… Lo que está claro es que la industria fabricante de cubos de reciclaje podría estar a punto de entrar en una nueva etapa, como consecuencia de la creciente conciencia de los consumidores, de las alarmantes noticias sobre la contaminación del planeta, de la aparición de nuevas normativas y de la implicación de las administraciones públicas. Aparte del comentado sistema puerta a puerta, también aparecen en algunas ciudades las llamadas islas emergentes de contenedores, que se colocan en las últimas horas de la tarde y se retiran de madrugada. Hay ayuntamientos que han conseguido aprobar normativas que dan potestad a la administración local para abrir las bolsas depositadas fuera de los contenedores, con el objetivo de identificar a los incívicos. Algunos consistorios del país ya se plantean pasar de la concienciación a la sanción, con diferentes sistemas, entre los que destaca también la implantación de tarjetas magnéticas que, a la hora de echar los residuos en un contenedor colectivo, identifican al ciudadano y comprueban el correcto uso. Y es que, tras innumerables campañas informativas, no hay persona que no conozca su deber de contribuir a una sociedadmás limpia y ecológica. Todo ello está sucediendo al mismo tiempo que se empieza a hablar de reducir e incluso de reutilizar. Numerosas entidades están luchando para terminar con el sinsentido de los embalajes, los films de plástico y las bandejas de porexpan en los supermercados. Todo ello podría conducirnos a nuevos paradigmas en cuanto a residuos: no se trata solamente de separar, sino también (y prioritariamente) de reducir y reutilizar. Cómo afectará todo ello a nuestros hábitos a la hora de recoger, separar y depositar los residuos es una incógnita. También empieza a hablarse, por ejemplo, de grandes cubos de ruedas en las comunidades de vecinos (donde ello sea posible), al estilo de lo que sucede enmuchas ciudades europeas. Otra tendencias futura por explorar. Hasta que todos estos cambios se consoliden, la realidad es que los sistemas de separación de residuos son necesarios en cualquier hogar. Cada familia tiene su propio método, siendo los cubos de reciclaje uno de los más funcionales, con una gama amplia de productos, calidades, precios, capacidades, materiales y diseños. El mercado es tan amplio que podemos afirmar que ha alcanzado, desde hace tiempo, su plena madurez. De hecho, ya en estos momentos, las ventas de reposición adoptan un papel importante. Los fabricantes de cubos de reciclaje han pasado de una etapa en que era necesario concienciar y aportar soluciones a los consumidores que empezaban a seleccionar sus residuos a un nuevo escenario en el que ofrecen mejoras imaginativas, incluyendo una mayor adaptabilidad a las características de los hogares: número de miembros, superficie de las viviendas, fraccionesmás voluminosas, capacidad adquisitiva e incluso estilos decorativos de sus cocinas y estancias. Y es que también este producto ha hecho un esfuerzo estético. La tendencia se dirige hacia los colores metalizados y las formas elegantes, que se integran perfectamente en la decoración, convirtiendo el cubo no ya en algo necesario (pero molesto) sino en un objeto decorativo, que «queda bien» en nuestras cocinas.Algunosmodelos tienden a asemejarse incluso a elementos de mobiliario. Y siguen teniendo una cierta demanda aquellos que se integran dentro de los propios muebles de la cocina. Cualquier contenedor debería ser suficiente para recoger los residuos que una familia media, de cuatro miembros, genera en una jornada. Los receptáculos en el interior de los cubos varían por lo general entre 8 y 18 litros. Lo ideal es que no todos los contenedores tengan el mismo tamaño, sino que se adapten al volumen de la fracción: no ocupa lo mismo un envase que los restos orgánicos de comida; ni todos los residuos se generan con igual frecuencia. La tendencia más evidente es el incremento de capacidades de los contenedores: cada vez son más los modelos con un volumen superior a los 25 litros. Algunos cubos están pensados para poderse colocar en el suelo, que es lo habitual, pero también en la encimera de la cocina. También es común que dispongan de un sistema de colgado en la pared y son muchos los fabricantes que optan por cubosmodulares, que pueden api larse verticalmente o unirse horizontalmente, componiendo islas que cada consumidor combina a su manera. Para la apertura de la tapa, el sistema más habitual es el de pedal, aunque se están generalizando los mecanismos de pulsación, que funcionan con una simple presión de lamano. También aparecen las tapas que pueden bloquearse para que permanezcan abiertas y, de este modo, facilitar la tarea de tirar los residuos (es importante, por ejemplo, cuando se trata de la fracción orgánica, en los cubos diseñados para encimeras). Capacidades y sistemas Los receptáculos deben estar provistos de asa y algunos incorporan una zona de agarre en la base, para vaciarlos con facilidad. Los puntos de sujeción de la bolsa de basura deben ser suficientes para asegurar que ésta no se mueva y que no se pueda derramar su contenido. Los bordes de los cubos suelen ser redondeados y suaves, reforzando de este modo su carácter compacto. Y, a nivel de limpieza, ésta se facilita si se evitan los espacios de difícil acceso y se incluyen elementos desmontables, como bandejas inferiores. Las cubetas interiores facilitan el transporte al punto de reciclaje y la limpieza. En cuanto a los materiales, encontramos desde diferentes plásticos hasta acero inoxidable para el exterior, siendo las cubetas interiores de materiales plásticos. Algunos modelos, como el Chic Bin deCurver, incorporan detalles que buscan la diferenciación, como un tope para evitar que la tapa toque la pared cuando se acciona la apertura; asa trasera para transportarlo con total comodidad; patas de goma antideslizante; y una junta de goma en el borde de la tapa que evita que escapen los olores. Otros modelos están identificados con colores distintos, con pegatinas distintivas o con dibujos en relieve para diferenciar de manera fácil qué fracción se debe depositar en cada cubo. También hay cubos de reciclaje pensados para el exterior, en viviendas con patio o jardín, lo que permite capacidades más altas. La empresa Keter tiene diversas propuestas en este sentido. 48 -
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