El coronavirus (rebautizado como Covid-19) ha marcado, sin duda, la edición de Ambiente 2020, que se ha desarrollado entre los días 7 y 11 de febrero. Por muchos y variados motivos. En primer lugar, por las sensaciones que apuntaban hacia un descenso de visitantes, que la feria en sus cifras oficiales ha confirmado.Algunos expositores visitados por nuestra revista afirmaban no haber recibido ni una sola de las visitas habituales de sus clientes, que habían anulado el viaje en el último momento y a la vista de las noticias con que los medios de comunicación nos bombardeaban desde hacía semanas. Otros, sin embargo, afirmaban que el descenso de visitantes afectaba sobre todo a los nacionales (alemanes, aunque ello es atribuible sobre todo al temporal Ciara del que hablaremos más adelante) y no tanto a los internacionales. Había empresas con el pabellón tan lleno como siempre y otras que realizaban un buen balance sobre la calidad de las visitas recibidas. En resumen, en cada stand se explicaba la película tan como la vivían… nada fuera de lo habitual. En segundo lugar y de manera más anecdótica, el coronavirus se ha dejado notar en algunos apretones de manos que se evitaron y en la presencia de mascarillas, que cabe decir que era inferior a la que podía preverse y que, en ningún caso, rozaba la paranoia ni la exageración. La organización ferial tuvo el acierto de colocar en las entradas de todos los pabellones dispensadores de gel desinfectante y en muchos stands se ofrecían, igualmente, botellitas del preciado líquido. Alguna empresa exhibía carteles que sugerían ‘saludarse con una sonrisa en lugar de con un apretón de manos’. En tercer lugar, y aquí llega lo realmente importante, Ambiente ha sido el foro en el que se ha puesto sobre la mesa la incertidumbre económica que provoca toda esta situación. Nadie era capaz de predecir cuáles serían los efectos a largo plazo, pero todo el mundo se mostraba de acuerdo en que éstos empezarán a manifestarse en Pese a las adversas circunstancias en que se celebraba la feria Ambiente de Frankfurt a principios de febrero, el descenso de visitantes se ha saldado en 28.000 menos, mientras que los expositores han aumentado en casi 200. Males menores. Solo unos días después deAmbiente, por ejemplo, se cancelaba en Barcelona el MobileWorld Congress, por los temores que despertaba ya al coronavirus en todo el planeta. Ambiente 2020 Cuando los factores externos pesan en el balance final pocas semanas. Sirvan unos detalles para hacerse una idea: Mientras se celebrabaAmbiente, los trabajadores chinos regresaban al trabajo después de que el gobierno del país decretase una ampliación de las vacaciones tras la celebración del Año Nuevo Lunar. En la feria se hablaba ya de retrasos en la entrega de pedidos desde China de entre 30 y 60 días. Como primera consecuencia de ello, algunas empresas españolas que, aparte de tener sus propias enseñas también fabrican para otras compañías, recibieron durante la feria deAmbiente pedidos importantes por parte de empresas europeas que buscaban suplir -con urgenciael material que estaban dejando de recibir desde China. Todo el mundo coincidía en que esta crisis supone una dura estocada para la economía china, cuyas consecuencias están por ver. Hay quienes esperan y desean que ello comporte un regreso hacia la fabricación europea, que dispone de alternativas suficientes para proveer la mayoría de productos i componentes. Otros opinaban que, una vez superada y olvidada la crisis del coronavirus, todo volverá al lugar donde se encontraba. También mientras se celebraba la feria de Frankfurt se supo que la 14 -
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