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reportaje Si hay un material puesto en tela de juicio por todos los militantes de la ecología (y también de la salud), ese es el plástico. Sin embargo, el plástico no es un solo material, sino muchos; y la campaña en su contra no es del todo justa, porque se colocan en el mismo saco todos los productos. Es generalizado, no obstante, el rechazo hacia las bolsas y hacia los embalajes que se usan en los supermercados para las bandejas de productos perecederos (las famosas bandejas con film), aunque no parece que las grandes cadenas de distribución estén dispuestas a rectificar fácilmente. En el sector del menaje, al factor ecológico se le suma otro, que planea como una sospecha: el saludable. A raíz de las noticias sobre la prohibición de plásticos con BPA (Bisphenol A), la sombra de duda se ha extendido a todos los materiales. Uno de los productos del menajemás afectados por esta cuestión son los herméticos, pese a que existen gamas completamente libres de BPA. Como consecuencia, hemos visto movimientos importantes en los últimos tiempos: incluso alguna importante marca de recipientes de plástico ha lanzado ya sus primeras gamas de vidrio (por cierto que, de momento, casi todos los herméticos de vidrio llevan tapas de plástico). El sector busca alternativas a los plásticos La alternativa Green de San Ignacio apuesta por un nuevo material que se está abriendo paso en el sector: la cáscara de arroz, un desecho de la industria arrocera cuya estructura biológicamente resistente permite, entre otros usos, la creación de lunchboxes ultraligeros y de gran durabilidad. Este material natural, además de ser reciclable, no absorbe ni emite humedad. Por eso los alimentos se mantienen intactos, conservando todas sus propiedades. Las tapas son a prueba de fugas, completándose con una cinta ajustable que facilita su transporte y garantiza que la comida no se derrame. Existen diferentes modalidades, todas aptas para el microondas y el lavavajillas, desde las que poseen doble almacenaje en dos pisos hasta las que cuentan con doble compartimento para organizar mejor la comida. Tras su uso, estos recipientes resultan muy sencillos de limpiar porque su diseño redondeado libre de esquinas evita que se acumulen los residuos. A la cáscara de arroz, un residuo hasta hace poco no valorizable, se le están dando múltiples usos, como estos herméticos de San Ignacio. Actitudes para el cambio Hasta ahora nos hemos centrado en las iniciativas que están poniendo en marcha las empresas del sector para reducir la contaminación del planeta, ya sea a través de procesos productivos más limpios; ya sea a través de los productos que lanzan al mercado (reciclables, reciclados, duraderos, etc). Pero además, algunas empresas del sector se están sumando a la revolución verde también a través de las actitudes de su propio personal, fomentando comportamientos sostenibles también en el puesto de trabajo. Y es que la empresa (como la escuela) es un buen lugar para modificar hábitos sociales, dado que son espacios donde pasamos muchas horas al día. Algunas compañías del sector, como Iris, han puesto a debate esta cuestión, con el objetivo de que la ecología se convierta en un verdadero hilo conductor de la estrategia de la marca. Iris, con los objetivos de la ONU El pasado 5 de julio, Iris Barcelona celebró una comida-coloquio en las instalaciones del Hotel Barcelona Princess con todas las personas que forman parte de lamarca, con el objetivo de compartir y dialogar sobre qué respuesta puede dar la empresa a los retos globales de la sociedad. En este contexto, siguiendo las recomendaciones de las Naciones Unidas, se debatió sobre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que la ONU se ha propuesto en el horizonte de 2030, surgiendomuchas ideas, especialmente en torno a la salud y el bienestar de las personas y a la producción y el consumo responsables. «Algunas de estas propuestas formarán parte de la estrategia como marca en el futuro», aseguran desde la empresa Iris sus dirigentes. Rolser ‘think green’ Con el eslogan #ThinkGreen, la empresa Rolser ha llevado a cabo unas Jornadas de Concienciación Medioambiental, que se cerraron el Día Mundial de los Océanos, el pasado 8 de junio, con una acción de recogida de residuos en la playa. Además, durante varios días se llevaron a cabo charlas y acciones de concienciación entre los empleados. En los últimos años, Rolser ha conseguido los siguientes logros en materia medioambiental: cambio de combustible de los quemadores del túnel de pintura de gasoil C a biomasa (pellet), consiguiendo disminuir emisiones de CO2 por el uso de energías renovables; descenso de 268 kw/h por día en consumo eléctrico; reducción del consumo energético de la red eléctrica mediante instalación solar fotovoltaica de autoconsumo (objetivo conseguido en 2019); y sustitución de tintas en base solvente por otras pinturas en base agua (objetivo actualmente en proceso). Pero la tarea no acaba aquí: la empresa ha entregado un kit a cada uno de sus trabajadores, compuesto por bolsa térmica reutilizable, para llevar al trabajo el almuerzo de cada día, diseñada y fabricada por Rolser; botella de vidrio personalizada, para dejar de usar las de plástico; y vaso/taza de cerámica take away. Y se han instalado fuentes de agua potable (osmosis) para poder rellenar de agua las botellas de vidrio entregadas en el kit; e implantado medidas para eliminar definitivamente los vasos de usar y tirar. Los trabajadores de Rolser realizaron una jornada de limpieza de playas, acumulando una buena cantidad de residuos. La empresa ha puesto en marcha una serie de medidas para cambiar actitudes enraizadas 13 - menaje

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