ENTREVISTA 51 Rierge es una empresa con mucha historia… Sí, somos una empresa familiar, fundada por Santiago Riera Corretge y Andrés Erra Fabregat en 1954, que nació para fabricar componentes para la industria motociclista, depósitos, guardabarros, horquillas etc… Con el paso de los años fueron diversificando la actividad. En la década de 1960 irrumpieron en el sector de la madera, realizando sistemas de aspiración de viruta, de papel y cartón. Luego incorporaron sistemas de tratamiento de superficies como cabinas de lacado y, durante las crisis energéticas, también desarrollaron instalaciones de biomasa para el aprovechamiento de los desperdicios de las carpinterías y la generación de energía destinada a los secaderos o a calefacción. En los años de la década de 1980 se creó la empresa Riersol, que fabricó paneles solares térmicos. Al fallecer Andrés Erra en el año 1985, la familia Riera adquirió las acciones y continuó con el negocio. Con la incorporación de Jordi Riera y Nuria Riera, la empresa decidió dar un cambio de rumbo sustancial, y empezamos, a principios de la década de 1990, a fabricar centros de mecanizado a control numérico, que nos aportaba una mayor posibilidad de expansión internacional. Hoy la tercera generación ya está incorporándose a la empresa para dar continuidad al proyecto. ¿Podría describir el porfolio de equipos de Rierge actual y sus principales aplicaciones en la industria de la madera? En Rierge fabricamos centros de mecanizado a control numérico para todo tipo de materiales, a excepción del acero, es decir, contamos con modelos diseñados para trabajar perfiles de aluminio, materiales composites, tablero, madera maciza y todo tipo de materiales afines. ¿Qué tipo de materiales afines? Hoy en día, en la industria de la madera convergen diferentes materiales; los baños y las cocinas ya no son exclusivamente de madera; las instalaciones hospitalarias y centros deportivos ya han descartado el tablero aglomerado y sustituido por tableros fenólicos. Por ello, nuestras máquinas están capacitadas, gracias a sus equipos electrónicos, para poder trabajar todo tipo de materiales. Es cuestión de seleccionar la herramienta adecuada, el avance idóneo y las revoluciones precisas. Hoy tenemos la capacidad de fabricar líneas de producción de puertas y marcos, máquinas especiales para aplicaciones diversas, como la fabricación de armas, recipientes para cosmética o alimentación. Nuestros centros de mecanizado se usan para el sector aeronáutico, automóvil, mueble y carpintería, aluminio… ¿Cuál es la visión y misión de Rierge como empresa fabricante de maquinaria para madera? Nuestra visión del momento es que los procesos hay que automatizarlos. Nuestro objetivo es continuar con la mejora de nuestros productos y ser fieles a nuestros principios de calidad y del trabajo bien hecho. Los fabricantes tenemos que ofrecer a nuestros clientes soluciones para rentabilizar sus instalaciones y ofrecerles la información necesaria para conocer la capacidad de producción de sus instalaciones. Este es el objetivo que pretendemos con nuestro almacén Goliath, nuestros centros de mecanizado y el software Suite4 + Warehouse, compatible con todas las marcas de maquinaria. ¿Qué destacaría sobre el presente de la empresa en términos de crecimiento, innovación y expansión? Nuestro principal objetivo es la calidad y la innovación, destacarnos del resto por hacer las máquinas más rentables para que nuestros clientes puedan obtener el máximo rendimiento para el artículo que ellos fabrican. Hoy en día no es solo la máquina física; los softwares también ayudan mucho a sacar el pleno rendimiento y hay que escoger el que más se adapte a las necesidades. Tener este espíritu de innovación y de fabricación a medida nos aporta grandes oportunidades de expansión nacional e internacional y, con ello, el crecimiento que venimos experimentando, especialmente los últimos 8 años. Ya hace años que empezamos con la fabricación de almacenes inteligentes, pero ha sido durante 2023, cuando hemos realizado un gran trabajo de actualización del software de gestión del almacén para que sea más productivo y especialmente abierto, para que los clientes puedan aportar sus ideas y se puedan incorporar. Al final
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