METALMECÁNICA 346

47 MOLDES DE PORTUGAL Portugal exporta el 80% de sus moldes. Muchos de estos constructores de moldes parten de un origen similar. Son numerosos los que cuentan con un antecedente familiar y los que han seguido el camino de añadir a su actividad principal la inyección de piezas de plástico. La compra de inyectoras, que un día comenzó con la idea de poder hacer pruebas para los clientes, fue dando paso a la actual situación de gran parte de los moldistas, que comparten su dedicación al molde con la inyección de piezas de producción. Especialmente para las pruebas, no es raro ver máquinas de más de 3.000 toneladas. En una industria que evoluciona a trompicones incontrolables provocando constantes dientes de sierra, los moldistas buscan en la diversificación clientes más previsibles que los del automóvil y, en la inyección de piezas, la constancia en la facturación anual que la sierra de los moldes no permite tener. Con una experiencia duradera, han aprendido a modelar un futuro aprovechando su creatividad, su conocimiento, su arrojo empresarial y el convencimiento de que solo invirtiendo en los mejores medios pueden sobrevivir ante una competencia, sobre todo china, difícil de combatir sin una estrategia. Una estrategia que apunta a lo complejo como el factor decisivo para lograr esos pedidos que provienen de los despachos antes citados. En 2022, el 80% de sus moldes se exportaron, principalmente a Europa (79% de las exportaciones). Alemania (21%), España (16%) y Francia (13%) son sus principales clientes. Su nivel de excelencia se puede observar entre máquinas en sus talleres de mecanizado. Las primeras marcas de centros de mecanizado, fresadoras, tornos y máquinas de electroerosión son muy habituales. Máquinas de medir por coordenadas en salas climatizadas, brazos de medir a pie de taller, softwares avanzados de simulación o análisis por elementos finitos, la fabricación aditiva como un paso incipiente en muchos talleres… Una apuesta decidida para acceder a la exigente Europa. Esta búsqueda de la calidad también se demuestra en la escasa dependencia que tienen de la subcontratación, ya que, en su mayor parte, mecanizan ellos mismos todas las piezas y componentes que necesitan. También es común a muchos de estos moldistas la evolución hacia una estructura de empresa compleja. Muchos forman parte de un grupo, pero continúa siendo habitual la propiedad familiar, si bien esto está cambiando en cierto modo para tener una estructura suficiente que les permita responder a una actividad compleja. Parte de su éxito reside en el “sí” a los retos. Alejarse de la famosa zona de confort, afrontar retos difíciles, está en su ADN. Desde la cotización, pasando por el know how y la fiabilidad, hasta el producto final, la confianza mundial de la industria en el molde portugués se ha creado a lo largo de muchos años. Moldes para dos componentes, inyección asistida por gas, sobreimpresión con textil, moldes transfer, preparados para técnicas de espumación, compresión de SMC y BMC, la lista de los moldes complejos que se fabrican es tan larga probablemente como la de procesos complejos que existen. Una particularidad destacada de la industria de moldes portuguesa es la capacidad de colaborar que tienen las empresas. Conscientes de que para abordar determinados proyectos deben unirse, no tienen problema en juntar fuerzas con sus competidores, incluso para crear consorcios capaces de crear estructuras en México, como ocurre con un proyecto que ya está en marcha. Los grandes temas de la industria mundial no les son ajenos a los moldistas portugueses. La sostenibilidad es una realidad, de la misma forma que la digitalización.

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