METALMECÁNICA 344

PROTECCIÓN LABORAL 68 en plásticos, pintura, adhesivos y jabones, y en otras aplicaciones de alta tecnología, como, por ejemplo, la fundición de precisión, cables de fibra óptica, materias primas para chips de computadora, energías renovables y telecomunicaciones. También alcanzan especial relevancia los conglomerados de cuarzo, por el aumento de casos de silicosis asociados a su utilización. En la composición de estos materiales, el cuarzo es el relleno principal, junto a arenas de sílice, en algunos casos con presencia de cristobalita, (en granulometrías variables, siempre inferiores a 4,5 mm), y cementado con otros componentes (vidrios, feldespatos, colorantes, etc.), por medio de resinas de poliéster o acrílicas como elemento aglutinante para conseguir resultados de solidez y resistencia. El contenido en SCR de los conglomerados de cuarzo puede variar entre el 70 y el 90%, y es mucho más alto que el de la roca ornamental utilizada tradicionalmente, como el granito (30%) o el mármol (3%), y según las recopilaciones bibliográficas publicadas, el corte y pulido de los conglomerados de cuarzo, sin supresión del polvo con agua, está asociado con la generación de niveles extremos de polvo de sílice respirable, 300 veces por encima del límite de exposición presentan mayor riesgo a padecer silicosis complicada y/o acelerada que los trabajadores expuestos a polvo de sílice de roca ornamental. Las principales variedades de la sílice cristalina incluyen el cuarzo (N°CAS: 14808-60-7), cristobalita (N°CAS: 1446446-1), y tridimita (N°CAS: 15468-32-3), que se generan cuando el cuarzo se somete a altas temperaturas (870 °C y 1.400 °C). El cuarzo es el más común en la naturaleza. La cristobalita y la trimidita se encuentran en rocas volcánicas. Las tres formas están interrelacionadas y pueden cambiar su forma bajo diferentes condiciones de temperatura y presión. Cada una de las distintas formas de la sílice, en función de sus propiedades y características, químicas, físicas y eléctricas tienen aplicaciones específicamente para un sector industrial, aunque de forma general son inertes, resistentes, quebradizas y con un punto de fusión alto. Los enlaces intramoleculares covalentes polares se traducen en estructuras moleculares tetraédricas ordenadas, y la podemos encontrar de forma cristalina o amorfa, tanto en depósitos sedimentarios naturales como en productos creados artificialmente en hornos a altas temperaturas. En su forma amorfa, cada molécula se organiza de forma limitada en relación con las demás, dando como resultado un sólido transparente. Es difícil de encontrar en la naturaleza, y se usa industrialmente como componente principal del vidrio y, también, en el sector de la electrónica. La sílice cristalina, y se presenta principalmente en forma de cuarzo,

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