nicos. Estos sistemas, aún vigentes hoy, son soluciones muy eficaces que permiten cadencias altas y proporcionan el determinismo que los sistemas automáticos requieren. es decir, la alimentación de piezas inteligente. Por ejemplo, una implementación simple es la siguiente: básicamente se depositan en un transportador de banda unas cuantas piezas, que son inspeccionadas por el sistema de visión y le determina al robot la localización de las piezas, así como cuales puede coger y cuáles no. El rendimiento es bajo, dado que las piezas una vez en la banda se quedan como han caído: unas sobre otras, sin la distancia necesaria entre cada una de ellas para ser cogidas y orientadas Durante muchos años han reinado en solitario, no existiendo ningún otro sistema que los pudiese batir, hasta tal punto que, si no se podían alimentar con estos sistemas, solo les quedaba la posibilidad de alimentar de forma manual o por lotes con carga manual. No obstante, estos alimentadores tienden a atascarse. Su regulación es manual e imprecisa, lo cual hace que tenga que depender del artesano para adaptar la máquina a cualquier cambio que aparezca en la pieza (y esto, no suele ser posible). Además, consumen mucha energía, son ruidosos, y hacen falta varios alimentadores para cada cambio de pieza durante la producción. LA ALIMENTACIÓN INTELIGENTE De las grandes series de piezas se ha ido pasando a series más cortas, de tener pocas referencias a tener un gran número de referencias, de productos almacenados al just in time. Todos estos cambios, a día de hoy, hacen que el concepto de alimentador mecánico no se adecue a estos requisitos productivos. Es necesario algo que se asemeje al humano en cuanto a adaptabilidad pero que lo mejore en velocidad y precisión. Es aquí donde nace el concepto de alimentación robotizada con visión artificial, Imagen de Asycube con EYE+ y robot. 109 AUTOMATIZACIÓN
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