265 ROBÓTICA el paso a la robotización. Estos reparos afectan a la dirección de la empresa, que no sabe si su equipo será capaz de manejar un equipo tan “futurista” como es un robot, o si podrá amortizar la inversión. También siente reparos la plantilla, que ve al robot como un competidor y un peligro a la estabilidad de su puesto de trabajo. Muchos soldadores se sienten estremecidos cuando se presenta un robot en la planta. Especialmente si viene acompañado de un extraño con pintas de vendedor y lo saluda su jefe con actitud positiva. Lo que le faltaba. Difícil le resulta competir con sus colegas como para que ahora le venga un cacharro de metal que no se cansa, a ver quién produce más. No se dan cuenta de que el interés de la dirección de la empresa no es reemplazarle, sino que produzca más con la buena calidad y el cuidado con el que ya lo hace. Y para eso, como no es capaz de producir más sólo con los medios manuales, le está buscando una herramienta que le ayude. Parte del trabajo del soldador es monótono y repetitivo, muchas veces con posturas forzadas que exigen descansos frecuentes. Operaciones que hay que hacer para terminar la pieza pero que podrían ser realizadas por otro compañero menos experto. Cuánto más a gusto dejaría estos cordones a esos aprendices que cuesta encontrar y se centraría en las piezas especiales con los que se siente orgulloso demostrando sus habilidades. El soldador y, especialmente su jefe, preferirían que no tuviera él que echar sus horas en esos cordones. Casualmente es el trabajo ideal para algo tonto capaz de repetir incansablemente mientras tenga piezas preparadas y material con el que soldarlas. El trabajo de mantener una postura forzada durante largo tiempo se transformaría en preparar piezas y darle a un botónmientras hace un descanso entre cordón y cordón de la pieza difícil donde su maestría es imprescindible. Porque para soldar, el más experto ‘movedor’ de robots no conseguirá un cordón decente cuando las piezas a soldar se empiecen a complicar. Esa ‘T’ en chapa de acero gorda la suelda cualquiera. Pero un cordón en vertical, chapa delgada, material especial, cuando la experiencia lo es todo, necesitará del soldador experto para adaptar los movimientos y los parámetros de soldadura. Sin el soldador tradicional, el robot no produce nada de calidad. El soldador tradicional con un robot industrial es una pareja eficaz para producir cordones perfectos. Nos están haciendo creer que la programación de un robot industrial es tan compleja que los soldadores tradicionales solo pueden llegar a programar aquellos brazos que pueden ser movidos con la mano. ¿En serio alguien que configura los parámetros de soldadura, planifica sus cordones para hacerlos de tirón y adapta sus movimientos según se transforma el material al soldar no será capaz de apretar unos botones para hacer su trabajo más productivo? Al principio le costará, como le costó aprender a conducir. A menudo ten-
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