Industria Metalmecánica
36 MOLDES Muchos de los moldistas portugueses cuentan con inyectoras propias para las pruebas. en México y “enemigos” en Alemania, competir con todas sus fuerzas para ganar un proyecto en China, pero unirse para abordar un mercado latinoame- ricano en el que, por motivos muy variados, necesitan un fuerza mayor que la que tienen individualmente. “Una de las razones por las que esta industria sigue aquí es por la colabo- ración”, señala un conocido moldista. La colaboración no se limita a la coope- ración entre los propios moldistas, sino con todo el entramado de formación y centros tecnológicos construidos a su alrededor. Otra de las grandes virtudes de todos ellos es su capacidad para ofrecer solu- ciones completas. “Nuestro ADN es la ingeniería”, afirma el CEO de uno de los moldistas visitados, una asevera- ción que bien podría utilizarse para muchos otros. El discurso no es nuevo, es el más utilizado en los últimos años por todas la industrias. “No vendemos productos, vendemos soluciones”. Pero cuando uno pasea entre máquinas de electroerosión y centros de mecani- zado en Portugal, cuando se acerca a sus oficinas técnicas, el corazón de sus negocios, observa que tienen inte- riorizada la necesidad de ofrecer un paquete integrado que va desde el diseño, pasando por el mecanizado, hasta el montaje y la propia inyección de las piezas. De hecho, muchos de ellos han pasado de tener un número limitado de inyectoras para la realiza- ción de pruebas, a la construcción de un pabellón adjunto para la inyección de piezas en condiciones de produc- ción. Son moldistas y transformadores de plásticos, un modelo que tampoco fue extraño en España cuando nuestra industria florecía, pero que se marchitó por un conjunto de circunstancias. BIEN EQUIPADOS En la parte productiva cuentan con los mejores medios, no solo en el mecanizado en sí mismo, sino tam- bién en softwares de simulación o utilización de elementos finitos. Y los moldes están configurados para la inyección con todas las más actua- les formas de inyección, entre ellas la asistida con gas, con agua, espu- maciones tipo MuCell, moldes para compresión... Conocer a los moldistas portugueses es aprender que solo con un un carácter innovador y apostando por los mejores medios, uno puede ser competitivo en el feroz entorno de un mundo ávido de lo mejor, al mejor precio. Con máquinas de producción, de metrología, de control dimensional y softwares de las primeras marcas inter- nacionales, no es de extrañar que la Otra de las grandes virtudes de todos ellos es su capacidad para ofrecer soluciones completas
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