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HISTORIA DE LA FORJA 35 en sales, así como un porcentaje muy elevado en carbono, lo que lo conver- tían en perfecto para el proceso que se llevaba a cabo en la fragua para obte- ner el producto final, muy valorado. Para hacer una breve descripción de la elaboración del carbón, sin entrar en detalles, indicar que el proceso de obtención se basaba en colocar la leña en forma de túmulo semiesférico, con una base de piedras (respiradores de base) y recubierto de hojas prensadas, por encima de las cuales se colocaba tierra y piedras para favorecer un pro- ceso de ignición de leña en deficiencia de aire y, por lo tanto, oxigeno. El pro- ceso era lento y si el humo que salía del túmulo era blanco, indicaba que se eliminaba mucha cantidad de vapor de agua. A partir de aquí, se producía la destilación de ácido pirolignoso y de productos bituminosos (que se eviden- ciaba por el color azulado del humo). EQUIPOS Y ELEMENTOS TÉCNICOS La disposición de los materiales en la fragua podía ser muy diversa y era, de algún modo, el secreto de cada artesano en función de su habilidad, experiencia y capacidad innovadora. Sí que se priorizaba, siempre, el aprove- chamiento de los recursos disponibles y se evitaba la combustión innecesaria de leña o el consumo exagerado de minerales. Sí que existían indicaciones de los requisitos mínimos de una fra- gua de modo de en todas ellas podían encontrarse trompas de agua, uno o más martinetes (o mazos) y el horno. El horno era el elemento más impor- tante de la fragua y, generalmente, tenía una forma de tronco piramidal invertido con las bases rectangula- res, de las cuales la más amplia se situaba en la parte alta del horno. Éste estaba construido con 3 partes rectas y una en forma curva convexa (llamada ‘contravent’), permitiendo la extracción del masser con menos difi- cultades. Por otra parte, la pared donde se situaba la tobera, se denominaba de ‘porgues’ (purgas). Las otras dos paredes se llamaban ‘cava’ y ‘lleiterol’, con una obertura para la extracción de la escoria. La pared ‘porgues’ y la de ‘contravent’ estaban revestidas con láminas de acero si bien esta- ban construidas con piedras, excepto la ‘lleiterol’, construida por dos piezas de hierro con un tocón de hierro en su interior. La tobera, encargada de introduir aire en el horno, se situava con un ángulo de 35-46º y a una distancia de 25 cm del fondo, datos que se guardaban como uno de los grandes secretos del proceso. La cavidad medía unos 50 x 60 cm con una altura de 80 cm. Otro detalle característico era el uso de la tobera, cuya misión era insuflar aire. Este método era muy ingenioso para la época en que se comenzó a utilizar, puesto que, por un efecto de Bernouilli, provocaba una depresión en el interior del tubo que producía un cabal de aire hacia el interior del horno. Figura 2. Horno en una fragua catalana. Foto: www.xtec.cat El último de los elementos impres- cindibles en este proceso de la fragua catalana era el martinete de forja, un mazometálico de 500 kg de peso, apro- ximadamente, movido por una rueda hidráulica. Dicha rueda era impulsada por la fuerza del río, convenientemente desviado hacia un canal con salto y que hacía caer el agua en unos álabes de madera localizados en uno de los extremos de la rueda hidráulica. La fuerza del agua provocaba unmovi- miento circular transmitido por el árbol de la rueda (llamado calaibre), con una corona de hierro muy rígida, al extremo de los álabes de madera y que, con unas levas metálicas podía transmitir el movimiento circular de la rueda al mazo, transformándolo en un movimiento curvilíneo alternativo. El mazo se encontraba unido al mango (hecho a partir de un tronco, habi- tualmente de roble), que actúa como palanca y es por donde se transmite el movimiento circular alternativo. La resistencia de la palanca es el peso del

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