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HISTORIA DE LA FORJA 34 PROPORCIONABA UN PRODUCTO DE MUY ALTA CALIDAD QUE PERMITIÓ EL DESARROLLO DE LA INDUSTRIA METALÚRGICA LA FRAGUA CATALANA La historia nos ha enseñado cómo determinados procesos productivas o de producción artesana podían desarrollarse de diversos modos diferentes. En algunos casos, las diferencias eran tan importantes que daban a estos procesos nombres distintos. Y uno de estos casos es, justamente, el tema central de este trabajo: la fragua catalana. Marc Martínez Estrada, ingeniero industrial e investigador en ESEIAAT-UPC; y Núria Salán, profesora en ESEIAAT y divulgadora La fragua artesana ha evolucionado mucho en los últimos siglos y su desa- rrollo ha ido estrechamente ligado a los avances tecnológicos y a la aparición y disponibilidad de nuevos materia- les a lo largo de la historia. Así, en los inicios de la forja, como proceso productivo, las sociedades eran muy dependientes de sus productos, pero en especial destacan las industrias de herramientas, clavos, elementos de guerra y productos de cerrajería, entre otros. En Catalunya se dio pro- dujo la diferenciación de un proceso de forja artesana caracterizada por el material producido, así como el pro- ceso usado por los fraguadores y su técnica. Estos factores diferenciales dieron lugar a una denominación con- creta que ha perdurado en el tiempo: la fragua catalana. La fragua catalana era un proceso pro- ductivo de forja artesana desarrollado mayoritariamente al norte y noroeste de Catalunya. Las fraguas se situaban en situaciones montañosas próximas a ríos para aprovechar la fuerza del agua, además de ubicarse cerca de los puntos de extracción de las materias primas, algo que para los fraguado- res era vital. El proceso de reducción de los minerales de hierro, para obte- ner hierro metálico como producto principal, producía un material carac- terístico, consistente en un producto férrico de bajo contenido en carbono de muy alta calidad llamado masser. MATERIAS PRIMAS Las materias primas que se utilizaban en el proceso catalán por parte de los fraguadores era el óxido férrico hidra- tado (de formulación FeO(OH)·nH 2 O) y óxido de hierro sin hidratar, Fe 2 O 3 . En el caso del óxido de hierro sin hidratar, los fraguadores dejaban los minerales a la intemperie con el único objetivo de obtener el mineral hidratado, ya que este producto, al deshidratarlo mediante un proceso de horneado, quedaba con una porosidad elevada que confería una mejor superficie para reaccionar con el resto de productos durante la reducción del mineral. Estos minerales eran directamente extraídos de afloramientos próximos a la loca- lización de las fraguas, los cuales hoy están agotados por la gran actividad de extracción realizada durante los años de vida de las fraguas. Por otro lado, en lo que atañe al carbón utilizado en el proceso, se usaba de tipo vegetal objetivo a partir de leña de pino, el tipo más común en los alrededores de las fraguas. Este car- bón vegetal tenía una característica de porosidad, pureza y bajo contenido Figura 1. Instalación convencional de fragua catalana, según un grabado de V. Serra [1].

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