M313 Industria Metalmecánica

METALES 'FANTÁSTICOS' 28 de papel de oro, utilizadas en la deco- ración de las catedrales, las mantas térmicas, o las láminas finas que se colocan en los paneles solares de los artefactos espaciales, satélites, esta- ciones, etcétera. Lo que sí se puede conseguir, mordiendo una pieza de este metal, es realizar una pequeña hendidura o marca. Por si fuera poco, la industria del cine, aún no se queda satisfecha y viola un tercer aspecto de este metal, su punto de fusión, en más de una ocasión, se ha podido ver en pantalla lo fácil que es fundir oro, a pesar de que, en el mundo real, se necesita una temperatura de 1.064 °C, algo imposible de conseguir en un horno convencional, o en una lumbre simple cualquiera. Una vez fundido, siempre se le muestra flu- yendo a través de canalones, pasillos, como si de agua se tratase, vertido con demasiada facilidad, conservando su mismo color de estado sólido, y sin irradiar el calor insoportable que supone alcanzar semejantes tempera- turas, contando que, el punto óptimo de fluidez, es al menos unos 200 °C grados más elevado que el de fusión. Todo demuestra que no se hace más que alimentar el engaño de sus carac- terísticas, y seguramente muy poca gente se plantea si verdaderamente, lo que ve es real o no, envalentona- dos, sin lugar a dudas, por la idea de cinematográfica de este metal, una idea que, subconscientemente, se ha inculcado durante años en lamente de los inocentes espectadores que más adelante se convierten en directores o productores de cine, creando así una bola de nieve, cada vez más grande, que no deja de realimentarse. Con todo lo dicho, cabe destacar que Hollywood es cada vez más fan de producir películas que reclaman este actor por las cualidades místicas que se le atribuían en el pasado. Sobre todas ellas, caben destacar tres: la primera, como ingrediente indis- pensable de la ambrosia, (alimento de dioses, a quienes otorgaba vida eterna), la cual han intentado sintetizar sacerdotes de todas las civilizaciones antiguas, sintetizando un bebediza conteniendo aquellos materiales que para ellos escapaban a la comprensión de sus cualidades, como el mercu- rio, y por supuesto el oro; la segunda, como elemento de origen divino, sus características físicas, mecánicas y de conducción no solo de calor, pues cada día se descubren más muestras de que el mundo antiguo pudo haber empezado a experimentar con la electricidad, y la alta temperatura que era necesaria alcanzar para fundirlo, les hizo llegar a una conclusión extra- terrestre en cuanto a su origen, un material así único en su especie, sólo podía pertenecer a una raza superior, los dioses; la tercera y última es la de agente transmutador, ya desde antes de que a los primeros químicos se les otorgase el nombre de alquimistas, había la creencia muy extendida de que todo material sobre la faz de la tierra debía tener un origen natural, una conjunción única en cada caso de los cuatro elementos primigenios: tierra, fuego, agua y aire, más un quinto, el éter, que nunca supieron explicar del todo, partiendo de estas bases establecieron la creencia que modificando las cantidades de cada elemento contenidas en cada material, se obtendría inequívocamente otro muy distinto. El medio a través del cual se llevaba a cabo el cambio trans- mutador recibía el nombre de piedra filosofal, (otro misterio en sí mismo, muy perseguido aún hoy en día, y en cuya fórmula aparece un metal como ingrediente fundamental, es este caso el mercurio), y está docu- mentado que se llegaron a realizar varios experimentos de trasmutación, Figura 5: Ejemplos de armaduras de oro: armadura del Rey Arturo, en la película de ‘Excalibur’ (1981), (izq.); ‘Wonder Woman 1984’ (2020) (dcha.) Figura 6: Izq.: escena de ‘Dioses de Egipto’, el dios Set sangrando oro, metal que le permite transmutar y cambiar de forma; dcha.: escena de ‘X-Men: Apocalypse’ mostrando el ritual sumerio de traspaso de un alma, activado por canales de oro fundido.

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