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GESTIÓN 33 Y es que, como observa Raul Guillén (Trend Micro), partimos de la premisa de que tradicionalmente los dispositivos IoT no incorporan la ciberseguridad en sus diseños desde la fase inicial; además son entornos críticos que operan 24x7 que no pueden ser parados para realizar tareas de mantenimiento o de actualización de vulnerabilidades y, además, en la mayoría de los casos no permiten la instalación de agentes de protección por su heterogeneidad de diseño. “Tres retos que debemos resolver de forma imaginativa. Sin olvidarlos de la escasez de profesionales expertos en ciberseguridad, comunicaciones e IoT, el desafío, por tanto, es mayúsculo”. Guillén señala que las consecuencias de un incidente de ciberseguridad en un entorno de infraestructura crítica que trabaja en 24x7 son catastróficas, imaginemos la parada de una red de distribución energética, de una planta potabilizadora de agua, de un hospital, de la gestión de trasportes de una gran ciudad… debemos incorporar ciberseguridad y medidas de protección desde el diseño. “Además, no solo hablamos de IoT, hablamos del nuevo paradigma del mundo hiperconectado donde las tecnologías de la información tradicionales (TI), el mundo industrial y las tecnológicas operacionales (OT) y el Internet de las cosas (IoT) están conectados expandiendo la superficie de ataque, pero demás los ataques tradicionales tipo Ransomware o DoS (denegación de servicio) saltan del mundo TI al mundo OT y al IoT”, advierte el portavoz de Trend Micro. Igualmente, la interoperabilidad en el Internet de las Cosas presenta desafíos significativos que afectan su implementación y funcionamiento efectivo. Como indican desde Ayscom, uno de los problemas clave es la compatibilidad entre dispositivos de diferentes fabricantes, los cuales utilizan protocolos de comunicación diversos. “Esta diversidad dificulta la integración y el trabajo conjunto de los dispositivos IoT en un sistema unificado. Además, la falta de estándares comunes contribuye a ecosistemas fragmentados, donde la interoperabilidad entre dispositivos y sistemas no está garantizada”. En este sentido, “para abordar los desafíos en interoperabilidad, el desarrollo de estándares comunes es fundamental. Organizaciones internacionales como ISO e IEEE son cruciales en este proceso, trabajando para establecer normativas universales que promuevan la compatibilidad y la interoperabilidad en el IoT. Asimismo, el uso de plataformas de integración puede ser una solución efectiva, facilitando la conexión y gestión de dispositivos heterogéneos dentro de un mismo entorno”, comentan en Ayscom. Por otro lado, “los costes de implantación también pueden plantear dudas a la hora de acometer un proyecto de IoT. La inversión inicial para implementar soluciones IoT puede ser alta. Las empresas deben considerar no solo el costo de los dispositivos y la infraestructura, sino también el mantenimiento y la actualización de los sistemas a lo largo del tiempo. Este costo puede ser un impedimento, especialmente para pequeñas y medianas empresas”, propone Manuel Hidalgo. Finalmente, y en línea con la situación generalizada en el entorno IT, “existe una cierta carencia de personal especializado para acometer proyectos IoT. La implementación y gestión de soluciones IoT requieren habilidades técnicas especializadas en áreas como programación, análisis de datos y ciberseguridad. La falta de expertos puede limitar la capacidad de las empresas para adoptar y escalar soluciones IoT efectivas”, observa el portavoz de GMV. n “La interoperabilidad en el Internet de las Cosas presenta desafíos significativos que afectan su implementación y funcionamiento efectivo. Uno de los problemas clave es la compatibilidad entre dispositivos de diferentes fabricantes” Pablo Juan Mejía, director general de Utimaco España&LATAM.

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