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GESTIÓN 48 Sin embargo, a menudo no es así y las partes interesadas no colaboran entre sí. Cuando los empresarios, urbanistas, responsables de infraestructuras municipales, bomberos y fuerzas de seguridad acaban trabajando en compartimentos estancos, la comunicación se interrumpe, se pierden oportunidades y se producen ineficiencias. Esta brecha en la coordinación y la comunicación aumenta cuando entran en juego los límites jurisdiccionales. Estos problemas se hacen más evidentes cuando los compartimentos estancos se convierten en puntos ciegos que los delincuentes pueden aprovechar, con el consiguiente riesgo para la ciudad, la región metropolitana y su población. Por tanto, aumentar las comunicaciones y compartir datos entre los sectores público y privado debe ser una prioridad, ya que mejorará la seguridad pública para todos. LA PROTECCIÓN DE LA INTIMIDAD GENERA CONFIANZA La creciente polarización y los problemas geopolíticos están generando desconfianza en todo el mundo. Aunque las ciudades siempre han tenido que lidiar con la etiqueta de «gran hermano», la creciente aprensión sobre cómo y por qué los gobiernos utilizan la tecnología de seguridad electrónica está en su punto más alto. La nueva legislación sobre privacidad en todo el mundo obliga a las organizaciones a responsabilizarse de cómo recopilan, gestionan y comparten la información personal. El cumplimiento no sólo implica respetar estrictos protocolos internos de privacidad, sino también mantener una estrategia integral de ciberseguridad. Construir una ciudad segura no tiene por qué ir en detrimento de la privacidad de los ciudadanos. A medida que se incorpora más tecnología al paisaje urbano, es importante invertir en soluciones que tengan en cuenta la privacidad y la ciberseguridad desde el principio. Al contar con medidas integradas de privacidad de datos y ciberseguridad, los organismos municipales están mejor equipados para utilizar los datos y la tecnología de forma responsable. Contar con el mecanismo adecuado brinda la oportunidad de informar y tranquilizar a los ciudadanos sobre cómo se respeta y protege su privacidad. Cuando la gente no sabe cómo se recopila y utiliza su información, es comprensible que sienta aprensión por la tecnología de seguridad. Al establecer las políticas de privacidad adecuadas y aplicar estrategias integrales de protección de datos, las ciudades pueden mantener conversaciones abiertas con los ciudadanos y las empresas sobre sus preocupaciones. Para muchas ciudades, esto representa una oportunidad. No sólo pueden compartir cómo, cuándo y dónde se recopilan y almacenan los datos, sino que también pueden mostrar cómo se utiliza esta información para mantener la seguridad de las personas y la vitalidad de la vida urbana. LAS CIUDADES SEGURAS SON CIUDADES QUE FLUYEN La habitabilidad también es esencial para la vida en una ciudad. Entre los componentes clave que hacen que una ciudad sea habitable figuran el diseño, las infraestructuras y la seguridad pública. Cuando estos elementos convergen con éxito, la población de una ciudad puede moverse libremente, creando un flujo positivo y eficiente. La maniobrabilidad en una ciudad influye en nuestras decisiones, desde qué ruta tomar para ir al trabajo hasta qué carreteras deciden construir los gobiernos locales. También influye en el diseño de espacios seguros, tanto públicos como privados, para garantizar que la circulación de una ciudad no se detenga a la salida de un metro o a la entrada de una torre de oficinas de 70 pisos. La necesidad de circular sin obstáculos nos lleva a preguntarnos cómo podemos movernos por nuestras ciudades de forma más eficiente y agradable, así como más segura. Tomemos como ejemplo el tráfico urbano. Las cámaras de videovigilancia, el reconocimiento automático de matrículas y la analítica pueden colaborar para mejorar el tráfico. Las fuerzas del orden pueden identificar incidentes más rápidamente, por lo que pueden responder y despejar las carreteras con mayor celeridad. Cuando surgen situaciones complicadas, la policía y las organizaciones locales pueden utilizar la tecnología para comunicar los desvíos, lo que se traduce en un mejor flujo de tráfico y ciudadanos más felices. Estas soluciones pueden funcionar incluso con empresas de transporte público, como el metro o los autobuses. Pueden configurarse para notificar a los pasajeros en tiempo real qué ruta elegir en función de las condiciones del tráfico. LO ESENCIAL En una época de rápida urbanización y avances tecnológicos, la necesidad de garantizar la seguridad en las ciudades nunca ha sido mayor. Aprovechando el poder de la tecnología para mejorar el conocimiento de la situación, fomentando la comunicación abierta entre las partes interesadas y dando prioridad a la protección de la privacidad, las ciudades pueden afrontar estos retos con eficacia. Adoptar la transparencia, la colaboración y las soluciones innovadoras no sólo mejora la seguridad, sino que también contribuye a la habitabilidad general y a la vitalidad de los espacios urbanos de hoy y de las generaciones venideras. n

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