MOVILIDAD 48 de vida de la infraestructura. En este sentido, merece la pena destacar la importancia de un buen estado de conservación en el reto de la reducción de emisiones: estudios realizados por la Asociación Española de la Carretera identificaron una reducción de hasta un 6%, que podrían llegar hasta el 12% en algunos casos, en las emisiones de los vehículos asociadas a la repavimentación de tramos de carreteras y la consecuente mejora del Índice de Regularidad Internacional (IRI)[3]. Por otra parte, muy ligados a la reducción de emisiones están los compromisos de mejora de la eficiencia energética; recientemente, el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible ha presentado la Estrategia de Eficiencia Energética 2030 de la Dirección General de Carreteras, en cuyo marco se están instalando panales solares en los entornos de las carreteras en varias regiones, entre otras medidas. En el ámbito de la economía circular, la carretera es un ejemplo de reutilización de residuos y de reciclaje, tanto en la fase de construcción como en la de conservación. Como ejemplo, las mezclas MASAI (materiales asfálticos más sostenibles, automatizados e inteligentes), desarrolladas en el Laboratorio de Ingeniería de la Construcción de la Universidad de Granada, que suponen la aplicación del conocimiento más avanzado de tecnología y ciencia de los materiales para desarrollar materiales asfálticos más sostenibles. 3.- ADAPTACIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO Sin duda, uno de los grandes retos del momento actual, en el que los fenómenos meteorológicos ligados al cambio climático están teniendo un enorme impacto en las infraestructuras, de manera más acentuada en otras partes del mundo pero también con un efecto fuerte en nuestro país. Ante esta situación, el sector viario está respondiendo activamente con la actualización de las normativas y recomendaciones para diseñar las infraestructuras de acuerdo con estos nuevos condicionantes, aumentando su resiliencia y actuando de manera prioritaria sobre las estructuras, la estabilidad de los taludes y los sistemas de drenaje. La identificación de la vulnerabilidad de la infraestructura viaria, junto con la caracterización de las amenazas climáticas, son el primer paso para valorar el riesgo y proponer las soluciones más adecuadas. Si hay un arma poderosa para luchar contra la despoblación, ésta no es otra que la accesibilidad a servicios básicos que, hoy por hoy, solo puede proporcionar la red viaria local.
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