Para garantizar la calidad del aire interior, se han instalado sistemas de ventilación mecánica con recuperación de calor y filtros de alta eficiencia para capturar partículas y mejorar la renovación del aire. Para reducir las emisiones de compuestos orgánicos volátiles (COVs), se han seleccionado materiales de baja emisión en todo el edificio. Además, se han realizado ensayos in situ que corroboran que tanto los niveles de COVs como de formaldehídos son inapreciables y cumplen, por tanto, con las directrices de la OMS. En los equipos de aire acondicionado, las tomas y las salidas de aire están separadas por una distancia de más de 10 m para minimizar la recirculación, mientras que las tomas se sitúan a más de 20 m de cualquier fuente de contaminación externa. En cuanto a la calidad del aire, se miden los niveles de CO2 y otros contaminantes en los espacios interiores conforme a los estándares de calidad del aire de BREEAM, empleando sensores de CO2 en áreas clave para mantener el aire en óptimas condiciones. Breeam solicita la justificación de este punto a zonas sujetas a patrones de ocupación elevados e impredecibles. El proyecto tiene dos zonas con usos muy definidos: zona de almacén y zona oficinas. En ambos casos, la ocupación es la prevista por los trabajadores habituales y no se esperan visitas más allá de las comunes en un uso de oficinas. Sensores de CO2 en áreas clave mantienen los niveles de calidad del aire conforme a los estándares BREEAM 69 INSTALACIÓN
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