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diseñados para el mercado residencial y, cuando se colocan en la cubierta/ azotea, el nivel sonoro hace que sea necesario apantallar por nivel acústico lo que palía el impacto respecto a los edificios colindantes pero no sobre los vecinos de los pisos superiores; con la consiguiente molestia y disconformidad. En mi opinión, pienso que es mucho más coherente colocar más equipos en vez de uno, más pequeños, cuya modulación se adapta mucho mejor a la demanda garantizando así el suministro en caso de paradas por mantenimiento y, sobre todo, con un nivel acústico muy inferior. Y es que el nivel sonoro es hoy por hoy uno de los puntos claves a la hora de decantarse por uno u otro fabricante. En mi experiencia en este campo, el punto de dolor a la hora de decidir la instalación de la aerotermia es el nivel sonoro. El ruido que va a producir, el que se va a percibir. Y no sólo cuando hablamos de unifamiliares también en viviendas en altura, donde ya hay jurisprudencia y casos de denuncias a comunidades de vecinos por el impacto acústico de las máquinas de aerotermia. En el caso del ejemplo, esos 150 kW podríamos hacerlo con 10 máquinas de 15 kW. Como he comentado, la aerotermia no es la mejor solución para todo y hay casos donde su implantación no es viable económicamente. Ahí el equilibrio está en la hibridación, poder aprovechar lo mejor de las calderas y lo mejor de la aerotermia. Muchas veces la capacidad de hibridar nos lleva también a cumplir los requisitos presupuestarios cuando son limitados. Pongamos un caso real, un proyecto de rehabilitación de edificio de 30 viviendas en Arganda donde existía una caldera de gasóleo antigua de 500 kW. La cubierta plana era muy pequeña, aproximadamente 60 m2. La solución que se ha llevado a cabo es la sustitución de la antigua caldera de gasóleo por una cascada de cuatro calderas murales de condensación de 100 kW de GN para la producción de calefacción. Para la producción centralizada de ACS se han instalado en cubierta dos máquinas de aerotermia de 15 kW trifásicas trabajando directamente contra dos interacumuladores de 1.500 litros; cumpliendo con los requisitos de cumplimiento de HE4 del CTE 2019, cubriendo los periodos punta y con tiempos de recuperación más que adecuados. Además de la aerotermia, se han instalado 10 kWp de fotovoltaica, cubriendo la demanda de los equipos de aerotermia, por lo que se puede decir que la producción de ACS de la comunidad es prácticamente gratis la mayor parte del año. Dado lo limitado de la cubierta, esta solución ha encajado perfectamente. En este caso el ahorro al que ha llegado la comunidad de propietarios ha sido del 50%. El caso anterior ha sido una hibridación con calderas nuevas para calefacción que han sustituido calderas antiguas. Pero ¿qué pasa cuando las calderas de calefacción están bien cuidadas y mantenidas dentro de su vida útil? Que la actuación más sencilla sería simplemente actuar sobre la producción centralizada de ACS proponiendo una solución de aerotermia, como la del ejemplo, con la opción siempre de acompañar con fotovoltaica: Los usuarios buscan confianza, trasparencia, instalaciones conectadas que se puedan monitorizar, que se puedan telegestionar (es imprescindible medir si queremos ahorrar) pero también buscan fiabilidad. Las instalaciones muchas veces están escondidas en la parte invisible del edificio y nadie se acuerda de ellas hasta el día que fallan. Por eso cada vez es más necesario delegar el mantenimiento en una firma de probado prestigio y fabricantes que cuenten con ampliaciones de garantía hasta 10-15 años. De esta manera invertir en aerotermia no sólo será más ecológico al tratarse de energía renovable, sino también más económico de utilización, más sostenible y fiable. En definitiva, una inversión que merece la pena. n 64 DOSIER EFICIENCIA ENERGÉTICA EN RESIDENCIAL Y TERCIARIO

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