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26 NORMATIVA durante los próximos años”, comenta Enric Ros. “Por tanto, continúa, serán necesarias más auditorías energéticas, consultoría energética y más y mejores proyectos de instalaciones eficientes”. No obstante, para acelerar la descarbonización “debería limitarse el consumo de combustibles fósiles lo antes posible”, reclaman. “Aunque hace años que se habla en el ámbito europeo de poner fecha final a la combustión de gas natural y gasóleo en edificios, por el momento este vencimiento no se ha concretado”, lamenta Ros. Por su parte, CNI apoya el objetivo final de la Directiva de aumentar la eficiencia y disminuir el consumo de energía final y la dependencia de combustibles hasta llegar a la neutralidad climática en 2050 y lo ven necesario para alcanzar estos objetivos el máximo esfuerzo en la reducción de uso de combustibles fósiles contaminantes. “Esta Directiva casi dobla los objetivos actuales de ahorro, por lo que va mucho más lejos, y eso requiere un análisis muy cuidadoso de la situación del mercado, de la población y de los edificios. Llegado a este punto, es importante cambiarse de sitio y colocarse en el lugar del usuario final demandante de energía y entender su situación, sus posibilidades y necesidades en ese edificio que habita. La Directiva sólo habla de personas vulnerables, pero hay que pensar en todos”, comenta Blanca Gómez, directora general de CNI. Desde la asociación también consideran importante tener muy en cuenta el esfuerzo de I+D y la capacidad de los fabricantes para, en tan corto plazo de tiempo, modificar sus proyectos de fabricación con el tiempo que ello requiere. Como representante de empresas instaladoras, que instalan todo tipo de equipos atendiendo a las necesidades del usuario final y a la legislación, CNI considera importante que el instalador conozca las leyes tanto nacionales como europeas para, de esta forma, asesorar mejor a sus clientes en inversiones a menudo muy altas. “Actualmente hay muchos sistemas y tecnologías que pueden hibridar obteniendo así Blanca Gómez: “Habría que ponerse en el lugar del usuario final demandante de energía, entender su situación, sus posibilidades y necesidades del edificio que habita” la máxima eficiencia, ahorro y beneficio para el usuario final. Desde CNI conocemos y explicamos con objetividad los beneficios y características de cada sistema, todos pueden convivir, cada uno con más o menos aplicaciones dependiendo de muchos factores y por supuesto teniendo en cuenta las prohibiciones, objetivos y fechas marcadas en la legislación europea para la descarbonización”. No obstante, en CNI preocupa la brecha entre profesionales instaladores disponibles y las necesidades del mercado y la desinformación que perjudica ante todo al usuario final y provoca como primera consecuencia una paralización de inversiones necesarias. También temen, como se recoge en la Directiva, la posibilidad de que se modifiquen los objetivos de ahorro tras un informe que lo aconseje, lo cual “crea incertidumbre”. Otra duda que les surge a CNI es sobre cuánto tiempo tardará el Estado español en transponerla y cómo se hará, ya que “hasta ahora se ha hecho siempre con retraso y a menudo de forma incompleta, lo que ralentizaría aún más el impulso tan necesario a la rehabilitación”. Otro problema al que quizás deberán enfrentarse es a los diferentes criterios que puedan derivarse de las competencias transferidas a las CCAAs en materia de urbanismo y vivienda que “pueden representar un freno a la toma de decisiones de inversión

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