ha prestado especial atención a dos normativas que entrarán en vigor en 2024 y que se configuran como dos de las columnas más importantes sobre las que se apoyará la industria inmobiliaria europea en las próximas décadas: la revisión de la Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios (EPBD) y la Taxonomía de la UE. REDUCIR EL CONSUMO ENERGÉTICO DE EDIFICIOS UN 50%, META PARA 2030 Ambas normativas, encaminadas a lograr una Europa neutra en carbono en 2050, jugaran un papel fundamental en el ámbito de la rehabilitación y de las obras de nueva construcción. En el caso de las renovaciones, especialmente en edificios más antiguos, será necesario realizar importantes inversiones para cumplir con los nuevos estándares. Y no debemos olvidar, que la primera de las metas en estas agendas, reducir el consumo de los edificios un 50%, está a la vuelta de la esquina, dentro de menos de siete años, en 2030. La clave, a nuestro juicio, pasa por contemplar este proceso no como una obligación, sino como una mejora, y asumir que realizamos una inversión que permitirá a aquellos propietarios que se anticipen contar con activos más saludables y eficientes energéticamente, lo que en último extremo les permitirá reducir sus facturas eléctricas y amortizar antes la inversión acometida. CTE Y RITE, LAS NORMATIVAS QUE ASUMIRÁN LA EPBD EN ESPAÑA Por lo que respecta a la EPBD, cada país miembro de la UE deberá trasponerla, adaptándola a su legislación nacional. Algo que en el caso español, deberá asumirse en el contexto del Código Técnico de la Edificación (CTE) y del Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE). La directiva plantea objetivos muy ambiciosos de neutralidad climática. Así, en 2026 todos los edificios públicos nuevos deberán tener cero emisiones, una obligación que llegará también al sector privado en 2028. Por su parte, los edificios ya construidos deberán mejorar su clasificación energética escalonadamente hasta la clase D antes de 2033. El pasaporte de renovación permitirá a los propietarios disponer de una visión a largo plazo de las medidas de renovación recomendadas, con un calendario de rehabilitación más accesible y coherente. Y en todo ello la calidad del aire y la ventilación jugarán un papel importante. Por lo que respecta a la Taxonomía de la UE, viene a establecer un marco que permite determinar qué actividades económicas pueden considerarse sostenibles. En el caso de los edificios de nueva construcción, deberán diseñarse bajo criterios de bajo impacto para alcanzar las emisiones cero, mientras que en el caso de la renovación y rehabilitación de inmuebles, la Taxonomía es menos estricta. Se tipifica como actividad de transición para la que no existe una alternativa tecnológica o económicamente viable que permita bajas emisiones de carbono, aunque se establecen también umbrales para la eliminación progresiva en las emisiones de estos edificios. Finalmente, quiero cerrar este artículo haciendo hincapié en que esta conferencia representa un hito muy importante en la promoción de soluciones de ventilación más eficientes y saludables en construcción. Y ha quedado demostrado que las herramientas CAI son, sin duda, un aliado imprescindible para cumplir con los objetivos de ahorro energético y de emisiones que nos depara el nuevo marco normativo europeo. n
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