IN619 - El instalador

OPINIÓN 14 mos casos a invertir considerablemente en el profesional que precisan, y lo hacen para dar servicio al cliente, pero visto el asunto, nos estamos encontrando con que siguen existiendo problemas para encontrar profesionales, y empezamos a detectar que hay empresas que empiezan a resignarse a no crecer, y consecuentemente, no contratar, desechando trabajos que no le permiten otorgar al cliente garantías de finalización en tiempo y forma con la calidad requerida. Esto merece una reflexión importante, pues empezamos a detectar que no está claro el horizonte en lo que a relevo generacional se refiere, y no nos engañemos, la sociedad cada vez precisa más confort, más calidad, y mayor eficiencia energética. Nos encontramos en un momento fabuloso para el sector, pues el confort, la calidad, el ahorro y la eficiencia energética han empezado a entrar en el ADN de la sociedad demandando esto valores, y no sabemos quién podrá dar este servicio dentro de unos cuantos años. ¿Qué está pasando? Tras indagar un poco, nos encontramos con diversas situaciones: Las nuevas generaciones valoran mucho la calidad de vida, los horarios que permitan disfrutar de tiempo libre, desean tener acceso fácil al dinero, eso de tener que hacer cursos previamente no es de mucho agrado en algunos casos, esta impaciencia también se pone demanifiesto cuando desean un sueldo como si ya se dispusiera de experiencia contrastada, etc. Fundamentalmente, detectamos que muchos jóvenes desconocen la profesión y hasta donde les puede llevar. Por parte de las empresas también nos encontramos con que se perciben varias cosas: Falta de empatía por parte de las nuevas generaciones a la hora de exigir horarios, pues esta es una actividad que también tiene sus guardias, hay empresas con equipamientos de frío que han de ser reparadas ante averías no previstas. Otras percepciones se traducen en cierta inseguridad jurídica, fruto de la agresividad y falta de entendimiento de la vida política, también encontramos desencanto por haber formado e invertido en profesionales que al poco, se han ido de la empresa, lo que se queda en una inversión sin retorno. También se detecta que cada vez hay más complicación para poder desarrollar la actividad. Las empresas perciben que algunos jóvenes (siempre han sido los menos, pero ahora el porcentaje ha subido), tienen una falta de cultura por el esfuerzo y la autosuficiencia, manteniendo una fe en que el sistema les puede auxiliar de por vida sin trabajar, algo que no sería sostenible, pues estas ayudas deben ser muy justificadas y para casos muy concretos. Este desencanto es el responsable de que algunas empresas se hayan resignado a no contratar y no crecer, lo que supone una actitud anti-natura para una empresa, como indican muchos empresarios del sector. ¿Cómo podríamos mejorar la situación o resolverla? Pues me temo que nadie tiene la respuesta exacta, pero si nos atrevemos a lanzar al aire alguna idea fundamentada en el análisis que acabamos de exponer: • Habría que dar a conocer la profesión en profundidad a los potenciales profesionales a través de actuaciones en los colegios e institutos de FP y centros de formación en general, muchas veces vienen a consultarnos jóvenes a nuestros centros de formación: ¿Qué curso puedo hacer que me permita trabajar pronto y ganar dinero? Este sector es estable, tiene demanda, y buena prospección de futuro, la hibridación de instalaciones está favoreciendo que los profesionales sean más cualificados, también tiene sus retos y es de elevada cualificación técnica. Hay que seducir a los jóvenes. • Sería deseable que se estudiara el Convenio Colectivo del Metal facilitando convalidaciones entre cursos de profesionales de industrias y de los que entrar en obras de construcción, en la medida de lo posible, así como establecer convalidaciones completas de formación de convenio con títulos de FP y certificados deprofesionalidad. • Podría revisarse la política de ayudas para que garantizando la seguridad de los colectivos vulnerables justificados, sea cuidadosa de no dar una imagen de excesiva protección generalizada, en términos generales hay que trabajar. • Muchas empresas empiezan a estudiar fórmulas para procurar establecer jornadas intensivas con turnos de guardia rotatorios que permitan potenciar la conciliación y el tiempo libre. • Debemos incentivar la participación en la formación, pues las empresas y sus integrantes necesitan “saber hacer”, no sólo tener un buen curriculum. • Debemos proteger y potenciar la figura del instalador y mantenedor, debemos hacer saber a los jóvenes que el futuro no es único y exclusivo para trabajar en una empresa, pues cualquiera de ellos podría acceder al carné o habilitación profesional y crear su propia empresa. Para ello, deberían haber políticas que también favorezcan esta otra fórmula. Pensamos que es un momento realmente bueno para esto. • Al hilo de lo anterior, sería deseable potenciar la colaboración entre empresas, con el fin de que si no tienen un tamañomuy grande, juntas y coordinadas puedan afrontar con éxito proyectos de mayor calado. • Si todo lo anterior sigue siendo insuficiente, sedeberíadesarrollar unabuena políticade inmigracióncombinadacon ayudas a la formación que permitan orientar al candidatoaprofesionalizarlo e integrarlo en el sector. En cualquier caso, todas las ideas para mejorar la situación son bienvenidas. n

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