IN619 - El instalador

práctica directamente en la empresa y permite al alumno aprender el oficio, aunque desde nuestro punto de vista tendría que ser mejorada en dos aspectos concretos: la adecuación de la oferta formativa a las demandas reales de nuestras empresas instaladoras y del sector en general, así como redefinir su enfoque dando mayores facilidades a las pymes para que puedan beneficiarse del sistema. Del mismo modo habría que conseguir que la profesión de instalador fuera más atractiva para los jóvenes. Debemos llegar a ellos para transmitirles que las instalaciones ofrecen trabajo y la posibilidad de desarrollar una carrera profesional en un sector que es clave en la transición energética, que ofrece una amplia variedad de áreas de dedicación, desde la fontanería a la climatización, el gas, la calefacción, la electricidad, refrigeración y la eficiencia energética, entre otras. A pesar de estar bien remunerada, ofrecer empleo y tener futuro existe una baja demanda de la profesión instaladora entre ellos. El oficio no se considera atractivo a los ojos de los más jóvenes, por lo que necesitamos lograr el reconocimiento social y mantener a raya el intrusismo profesional. Para ello sería importante contar con la colaboración de las instituciones educativas, mediante la puesta en marcha de acciones informativas y promocionales entre los jóvenes en edad de decidir su futuro profesional. Campañas de educación, sensibilización e información pueden ser de gran utilidad para incrementar el atractivo del sector no solo entre los jóvenes, también entre las mujeres, otro colectivo alejado de las instalaciones al que habría que incorporar para paliar la falta de mano de obra persistente. A día de hoy su presencia en nuestras empresas instaladoras es meramente testimonial pues del total del colectivo, menos de un 1% son mujeres instaladoras. Habría que lograr un cambio de la imagen social que la profesión instaladora proyecta, alejándola de ciertos clichés preestablecidos que la vinculan con un prototipo eminentemente masculino. Y se debería trabajar también en el entorno familiar por la influencia que tiene entre los jóvenes de cara a la elección de los estudios. Los padres deben saber que en las instalaciones hay buenas oportunidades laborales para sus hijos y también para sus hijas. En esta falta de interés que los más jóvenes y las mujeres demuestran por las instalaciones hay una raíz social. Las transformaciones en la sociedad han alcanzado de pleno a las preferencias de unos y otras a la hora de planificar sus procesos de aprendizaje, relegando la formación profesional en favor de la universidad y eligiendo los trabajos de oficina frente a los manuales. Es un cambio de tendencia respecto a la realidad que había en España hace unas décadas y que coincide también con la de los otros países de la Unión Europea. Ahora toca trabajar para conseguir que las nuevas generaciones se incorporen al sector, apostando por la formación y la colaboración de Conaif y nuestras asociaciones de instaladores con las administraciones públicas y el resto del sector. n A pesar de estar bien remunerada, ofrecer empleo y tener futuro existe una baja demanda de la profesión instaladora entre los jóvenes. “Tenemos depositadas grandes esperanzas en la Formación Profesional Dual porque combina teoría y práctica directamente en la empresa y permite al alumno aprender el oficio” OPINIÓN 10

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