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21 DOSIER CALEFACCIÓN Ha quedado atrás el calentamiento en casas señoriales mediante chi- meneas en las propias habitaciones o la utilización de los braseros para intentar compensar, aunque solo fuera en parte, las frías temperatu- ras exteriores. Las calderas de 'calefacción central' fueron un gran avance, pero aún así solo estaban destinadas a edificios de cierto nivel, aunque utilizaran 'gas ciu- dad' o carbón. La revolución en la calefacción doméstica llegó, sin duda, con las calderas individuales a gas y la gasifi- cación, lo que socializó a unos costes razonables la posibilidad de tener calefacción en las viviendas, ade- más de los radiadores eléctricos y las estufas catalíticas, y con un confort muy superior a lo conseguido con esos sistemas. En estos años, las calderas han evo- lucionado, consiguiendo mucha más seguridad y, sobre todo, una vez alcan- zada la misma, una eficiencia que en los sistemas de combustión raya el 100%, incluso en sistemas de calde- ras domésticas. Los emisores también han evolucio- nado y, de los pesados radiadores de fundición se pasó a los ligeros radia- dores de aluminio sin menospreciar a los de chapa que inundaron buena parte de instalaciones 'de obra' en el boom de la gasificación. En este apar- tado de los emisores hay que hablar con agrado de la evolución del suelo radiante (o radiante/refrescante) que, con la proliferación de las tuberías plásticas y de otros materiales como los aislamientos y morteros autonive- lantes, han simplificado la instalación y reducido los espesores disminuyendo las inercias térmicas. SIGUIENTE OBJETIVO, LA DESCARBONIZACIÓN El reto está en el siguiente paso, la descarbonización. Esto de lo que tanto se oye hablar en los últimos La evolución del suelo radiante (o radiante/refrescante) ha venido de la mano de la proliferación de las tuberías plásticas y de otros materiales como los aislamientos y morteros autonivelantes, que han simplificado la instalación y reducido los espesores disminuyendo las inercias térmicas. El mejor emisor para conseguir altas eficiencias con calderas de condensación es el suelo radiante pues las temperaturas de impulsión son de unos 35 °C, eficiencia que todavía se puede mejorar con un buen control

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