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ENTREVISTA 54 “Hay que elegir sistemas de bombeo múltiples siempre que sea posible” Según datos del INE a finales de noviembre de 2020, el consumo medio de agua en los hogares españoles en 2018 fue de 133 litros por habitante y día, un 2,2% menos que en 2016. El coste unitario del agua bajó un 2,0%, hasta 1,91 euros por metro cúbico. Se calcula que cualquier alteración realizada en el ciclo natural del agua por el hombre necesita entre 0,37 y 8,5 kWh dependiendo de la fuente de agua para obtener 1 metro cúbico de agua potable. Analizando estos datos, parecería que España no sufre escasez o estrés hídrico, pero en realidad no es así. Tuvimos la oportunidad de hablar de ello con Lidia Carpi, responsable de Desarrollo de Negocio de Edificación de Xylem en Iberia para que nos explicara lo que realmente significan estas cifras. LIDIA CARPI, RESPONSABLE DE DESARROLLO DE NEGOCIO DE EDIFICACIÓN DE XYLEM EN IBERIA Los factores humanos que afectan el déficit hídrico son el crecimiento de la población, la urbanización, creci- miento de la renta que comporta mayor consumo de agua, e intrusión salina por la sobreexplotación de los acuíferos costeros, y los factores climáticos como el aumento de la desertización, inundaciones, incremento de la temperatura que produce la evaporación de las aguas superficiales y disminución de precipitaciones. La contaminación y los efectos del cambio climático están empezando a poner a prueba el suministro de agua. A ello hay que añadir el enorme gasto energético y el con- siguiente impacto medioambiental y económico, debido al funcionamiento especialmente intensivo en energía de las plantas de tratamiento y de las bombas centrífugas utilizadas para distribuir el agua potable. Precisamente el transporte de agua identifica uno de los procesos que más energía consumen. ¿Son alarmantes estas cifras? Las cifras están disminuyendo en comparación con los años 90, tanto en términos de energía como de consumo. Es una señal positiva, pero tenemos que acelerar el pro- ceso. La cantidad de energía utilizada para la distribución del agua, desde el agua potable hasta el usuario final, sigue siendo demasiado elevada. Es necesario aumentar la eficiencia energética de los sistemas.

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