IG307 - Ingeopres

SOSTENIMIENTO DE TERRENO longitudes o la energía calculada se multiplica por un Factor de Seguridad, que aumenta la clase de absorción de energía según DEE. En cuanto a los factores de seguridad, el enfoque de la norma sigue las reglas básicas de los Eurocódigos, amplificando las acciones y reduciendo las reacciones. Para las medidas contra desprendimientos de rocas, por ejemplo, un punto crucial es la topografía de la zona estudiada. Cuanto mayor sea el detalle (escala), menor deberá ser el factor de seguridad parcial que tenga en cuenta las incertidumbres restantes. Lo mismo se aplica a las dimensiones de bloque de ensayo y varios otros aspectos o parámetros que pueden afectar los resultados del estudio (es decir, los resultados de energía y altura de rebote, tomados en su percentil 95% en un cierto punto de verificación de la sección de análisis). Aunque dentro de la UNI 11211 se menciona varias veces la antigua ETAG 27 [4], en ningún caso se hace referencia al DEE [5], luego no está actualizada. Finalmente, esta norma se corresponde con los tipos/ modelos de barreras contra caída de rocas disponibles en el mercado. Esta incongruencia ocasiona que se puedan realizar diseños (proyectos) en los que, por ejemplo, se especifique una barrera de 3.000 kJ de energía con una altura nominal de 3 m, o una barrera de energía de 1.000 kJ con una altura nominal de 6 m. Aunque el diseño sea formalmente correcto, siguiendo el enfoque de la UNI 11211, puede resultar que se proponga un tipo de barrera contra caídas de rocas que no sea distribuida por nadie, simplemente porque no está certificada según el DEE vigente. Esta es la cuestión principal: la UNI 11211 no cuestiona la validez de los DEE disponibles. La realidad es, sin lugar duda contradictoria, la ETAG 27 (no vigente) está destinada a productos mientras la UNI 11211 a métodos y procedimientos de diseño. 3.- ÚLTIMAS NOVEDADES EN ENSAYOS, PARA EL INCREMENTO DE LA SEGURIDAD Y LA EFECTIVIDAD Los cambios en la gestión de la responsabilidad en la certificación por parte de la EOTA durante 2018 han dado un vuelco en la interpretación de los certificados y de alguna manera en lo más importante, la responsabilidad. A partir de la aparición de los DEE, aun cuando el fabricante recibe un certificado emitido por una entidad legal de certificación, es el propio fabricante quien se responsabiliza con la calidad del sistema y sus prestaciones, quedando en sus manos toda la responsabilidad ante el cliente final, lo que no cambia en ningún caso es el procedimiento de ensayo, que ya venía definido desde 2008 con la ETAG 027. En cualquier caso, los ensayos descritos en las directrices actuales no representan las condiciones reales y, por tanto, se dan problemas de rendimiento que conducen a fallos en sistemas reales. En particular el procedimiento actual según [5] hace que sea muy difícil para los clientes y proyectistas evaluar una solución que pueda diseñarse de acuerdo con el riesgo, sin tener que sobredimensionar un sistema, lo que a su vez provoca considerables costos adicionales evitables. Ciertamente, las barreras contra caídas de rocas se han consolidado en todo el mundo como una medida de protección eficaz. Al mismo tiempo, el nivel de absorción de energía de los sistemas actuales se ha multiplicado por 6, lo que puede justificar la adaptación del procedimiento de ensayos. Uno de los resultados de los experimentos a gran escala es que es posible estructurar ensayos adicionales, similares a los que las autoridades exigen desde los años 90. Estos ensayos deberían realizarse de forma adicional a los requerimientos que plantea el DEE para que los proyectistas y los propietarios de la obra, tengan más certeza sobre la capacidad de toda la superficie protectora. Desde 2020 en colaboración con WSLSLF, Geobrugg comienza a desarrollar un conjunto de ensayos adicionales para satisfacer estas necesidades del mercado, elaborando un paquete de recomendaciones complementarias resultantes de investigaciones y ensayos de campo (múltiples impactos) a escala natural, que va más allá de las enmiendas o requisitos adicionales antes descritos y que sin duda ayudan a incrementar el Coeficiente de Seguridad de las protecciones contra caída de rocas [2, 17]. En la figura 1 se muestra de forma esquemática cuál es el nivel de seguridad hasta hoy conseguido por las barreras ensayadas según las normas vigentes, incluidos los complementos citados. El impacto se produce en medio del tramo funcional central, con ello se garantiza un área (verde) donde la barrera cumple al 100% con todos los requerimientos establecidos, en la medida el impacto real se aleja de este punto central, la seguridad ira disminuyendo (transición del verde al rojo en el mapa de calor). Fig. 1. Distribución de la energía en porcentaje acuerdo con las directivas actuales [2, 17]. 38

RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx