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TÚNELES 109 REDUCIR PARA REDUCIR Con más de 14.000 millones de metros cúbicos utilizados al año, el hormigón es el material de construcción en masa más importante de nuestro tiempo. Aproximadamente el 80% de las emisiones de CO2 asociadas al hormigón provienen directamente del cemento. Aunque el clínker suele representar solo el 10-15% del volumen del hormigón proyectado, es responsable de hasta el 90% del CO2 incorporado en el hormigón. El hormigón proyectado suele tener una evaluación del ciclo de vida muy pobre debido al alto contenido de cemento Portland en la mezcla. Si conseguimos optimizar las fórmulas de trabajo, ajustando las mezclas y aumentando la eficiencia del Clínker, es posible contribuir a una mejora significativa en la evaluación del ciclo de vida. El uso ecológica y económicamente eficiente del clinker es clave para mejorar la evaluación del ciclo de vida de los túneles. Esta transición debe darse sin comprometer las prestaciones mecánicas y de durabilidad de los hormigones, y por supuesto de una forma económicamente viable para todas las partes implicadas.Reducir el porcentaje de clínker es, por tanto, el objetivo primordial para que la construcción subterránea sea más sostenible en el futuro. Las tres vías que Master Builders Solutions propone para reducir clinker son: 1.- Mediante el empleo de cementos con menor contenido en Clínker Los tipos de cemento comúnmente empleados para fabricar hormigones proyectados son el CEM I. Estos cementos son los de mayor huella de carbono porqué contienen una proporción de clínker muy elevada. La sustitución de estos tipos de cemento usados actualmente de forma mayoritaria es uno de los objetivos contemplados por el sector, cuya meta es su plena descarbonización en 2050. Para alcanzar este objetivo debe darse una transición a cementos con menor contenido de clínker. A efectos prácticos, la implementación de estos nuevos cementos no estaría exenta de desafíos técnicos ya que podrían condicionar las propiedades y puesta en obra del hormigón proyectado de la siguiente manera: • Aumento de la demanda de agua y limitaciones de mantenimiento de consistencia en el tiempo • Control de la reología y viscosidad del hormigón • Fraguados más lentos y menor desarrollo de resistencias iniciales 2.- Reducción del contenido de cemento La reducción del contenido en cemento, especialmente en aquellos hormigones en los que habitualmente el contenido es más alto (hormigones proyectados o con requerimientos de elevadas resistencias iniciales), deberá ir asociada a una importante reducción de la relación A/C. En hormigones proyectados, también es posible optimizar el contenido en cemento con el empleo de acelerantes de fraguado que favorezcan la obtención de resistencias iniciales sin penalizar las resistencias finales. 3.- Reemplazando parte del cemento por materiales cementantes suplementarios Para reducir las emisiones de CO2 de una mezcla de hormigón, se pueden utilizar adiciones activas o inertes (escoria granulada de alto horno, filer calizo, etc.). La figura 3 muestra el potencial de ahorro de CO2 de estos hormigones más sostenibles. Dado que los denominados eco-hormigones pueden presentan algunos retos en lo relacionado con la trabajabilidad y sus propiedades mecánicas, es indispensable disponer de amplios conocimientos de la tecnología del hormigón y manejar la combinación óptima de aditivos de última generación para cumplir los requisitos necesarios de consistencia, resistencia temprana y durabilidad. ADITIVOS PARA HORMIGÓN: LA LLAVE MAESTRA Los aditivos químicos han revolucionado la tecnología del hormigón de los últimos 50 años. Su desarrollo ha dado pie a nuevos hormigones, abriendo nuevas oportunidades para el diseño de estructuras y construcciones anteriormente Figura 3 – Tipos de cemento según su huella de carbono (definida por el contenido de Clínker). Figura 4. Potencial e reducción de gases de efecto invernadero mediante el uso de hormigones ecológicamente optimizados.

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