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MINERÍA 66 interferencia con la minería estudiada de naturaleza moderada. • Riesgo por aberraciones electromagnéticas Para finalizar este apartado se va a analizar la posible interferencia entre las aberraciones electromagnéticas, relacionadas con tormentas geomagnéticas, y la minería del W-Sn (y metales asociados). Una tormenta geomagnética, también llamada tormenta solar, es una gran perturbación de la magnetosfera de la Tierra que ocurre cuando hay un intercambio de energía procedente del viento solar hacia el entorno espacial que rodea nuestro planeta. Pero, ¿Por qué clasificarlas como un riesgo natural? Las tormentas geomagnéticas causan problemas electromagnéticos que ocasionalmente pueden ser muy severos y afectar al funcionamiento de los aparatos electromagnéticos. Algunos de los efectos más significativos, desde el punto de vistaminero, son la afección a los sistemas de telecomunicaciones. Estas tormentas generan interferencias en la órbita de los satélites que pueden provocar su salida de curso e incluso su caída. También pueden provocar daños en los sistemas de transmisión de datos, voz, etc. basados en comunicación satelital, la imposibilidad de usar sistemas de posicionamiento GPS, la caída de las redes de telefonía y el debilitamiento de las ondas de radio y Tv. La minería moderna, como cualquier otra actividad industrial, está profundamente telematizada y los equipos llevan sistemas de gestión y seguimiento a distancia. La pérdida de señal impide el contacto con los equipos y los inutiliza, cesando automáticamente la producción. Es más, en función de la intensidad de la aberración generada, el fallo puede ser permanente y hacerse necesaria la sustitución de los equipos y sistemas. Además, una tormenta solar de grandes proporciones puede interrumpir la electricidad en todo el mundo, llegando incluso a tenerse que cambiar el sistema de cableado para volver a tener luz, con lo que ello supondría.Los últimos trabajos indican que una vez cada 25 años, la Tierra es golpeada por una gran súper tormenta solar lo suficientemente poderosa como para causar estragos en nuestros sistemas (la última fue en marzo de 1989), si bien cada tres años suelen suceder otras tormentas menos potentes, aunque también peligrosas. No obstante, constantemente se están produciendo tormentas de intensidad moderada, la última entre el 27-29 de septiembre de 2019 (Angulo, 2019). La ubicación de la zona de estudio dentro de nuestro planeta, a una latitud inferior a 48o Sur, nos coloca en una situación ventajosa ya que estamos menos expuestos que otras partes del planeta a sufrir los efectos de una gran tormenta geomagnética, ya que la intensidad de esta debería ser extrema para provocar afección en estas latitudes. No obstante, no hay que obviar el hecho de que estamos en un mundo globalizado, y un fallo sistemático en otras regiones del planeta en un breve tiempo provocaría un fallo equivalente en nuestra zona (efecto dominó). En base a este análisis se puede considerar que, a priori, el riesgo por aberraciones electromagnéticas asociadas a tormentas solares supone una interferencia con la minería estudiada de magnitud leve. 6.- CONCLUSIONES El objetivo de este trabajo es cuantificar, de unamanera relativa, las posibles limitaciones externas que pueden llegar a afectar al desarrollo y puesta en marcha de los futuribles proyectos mineros que se puedan asentar en Castilla y León y las regiones Norte y Centro de Portugal. Para ello se han analizado las interferencias de una serie de condicionantes (limitaciones urbanísticas, ambientales, sociales, de riesgos, etc.) con los registros mineros de W-Sn (Nb, Ta, Be, Bi) de esta zona. El condicionante que más influencia ejerce sobre la minería de esta región son las limitaciones de tipo medioambiental. En este análisis se observa que el 15,6% de los registros mineros se encuentran localizados en el interior de un espacio protegido perteneciente a Red de Espacios Protegidos de Ámbito Estatal (REN y RNAP). Si lo que se analiza es la Red de Zonas de Especial Conservación (ZEC) el valor asciende hasta el 21,9%, mientras que si es la Red de Zonas de Especial Protección para las Aves (red ZEPA en España o red ZPE: Red de Zonas de Proteçao Especial en Portugal) la cifra se va hasta el 14,4%. Si además se tienen en cuenta las Zonas Periféricas de Protección, amparadas explícitamente por la “Directiva Habitats” para las zonas ZEC (e implícitamente en las otras dos redes: REN/RNAP y ZEPA/ZPE) y que se han definido a efectos prácticos como perímetros de 10 km alrededor de la zona protegida, se obtiene que el 40,6% de los casos están dentro de dichos perímetros ZEC (31,4% en las REN y 19,4% en las ZEPA). En base a estos resultados la interferencia de la normativa medioambiental con los registros mineros de W-Sn (Nb, Ta, Be, Bi) en la zona de trabajo puede considerarse como muy grave. A la hora de analizar la distribución de los registros mineros con respecto a los distintos usos del suelo (limitaciones urbanísticas) se aprecia como: el 37,1% se localizan en zonas catalogadas para usos de tipo agrícola (donde si están permitidas las explotaciones mineras); el 60,1% están en zonas destinadas a usos naturales y/o forestales (donde también están permitidas dichas actividades, aunque sólo con la aprobación de los estudios de compatibilidad oportunos); y tan sólo el 2,8% de los registros se localizan en zonas dónde, urbanísticamente hablando, no están permitidas las explotaciones mineras. En base a estos resultados la interferencia puede calificarse como leve. Estudiando la distribución con respecto a los bienes culturales, independientemente de su tipología, se infiere que la

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