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GEOTECNIA 25 El proyecto AGEO responde a una de las prioridades europeas, en concreto, la prioridad número 3 'Reforzar los sistemas de gestión de riesgos'. Esta prioridad busca promover una mejor gestión del medio ambiente, de modo que las autoridades regionales y los interesados pertinentes estén mejor preparados para adaptarse al cambio climático y a los posibles riesgos que se produzcan en el territorio atlán- tico. Esta prioridad tendrá también un enfoque de gestión territorial integrada que incorporará aspec- tos relacionados con la prevención y la gestión de los riesgos comunes a los que se enfrentan y seguirán enfrentándose las regiones atlánticas en el futuro, derivados tanto de las actividades naturales como de las humanas, incluidas las actividades económicas marítimas. Esta prioridad se desarrolla a través de los siguientes objetivos específicos: • Crear una plataforma de cooperación y recursos sobre la evaluación de riesgos, la preparación, la mitigación y la prevención de geoamenazas en el Atlántico • Realizar estudios de casos concre- tos para confirmar la capacidad de los Observatorios Ciudadanos para mejorar los sistemas de gestión de riesgos • Fomentar la adopción y utilización a nivel regional de los productos y servicios proporcionados por las infraestructuras europeas de datos espaciales (Copérnico o EGDI) En el caso de las Islas Canarias, cuyos socios participantes son la Universidad de La Laguna (ULL), el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y La Palma Research Centre, el riesgo geológico estudiado es el de los desprendimientos de rocas. Este fenómeno se estudiará en tres zonas diferenciadas del archipiélago canario: el municipio de San Cristóbal de La Laguna (Tenerife), el municipio de San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria) y la isla de El Hierro en su conjunto. Los desprendimientos de rocas pueden afectar y provocar daños personales y materiales (Figura 2). Los elementos expuestos pueden ser personas, bienes, propiedades, infraestructuras, servicios, actividades económicas, etc., que pueden sufrir las consecuencias de caída de rocas de manera directa o indirecta (Lopez-Saez et al., 2016). El coste o valor de estos puede expresarse según diferentes criterios: coste de construcción, coste de reparación de los daños causados, valor asegurado, etc., y también los costes derivados de interrupción de vías de comunicación, actividades económicas, servicios, así como el coste social y medioambiental. Hay que tener en cuenta el importante papel que juega el cambio climático en el fenómeno de desprendimien- tos de rocas. El cambio climático plantea riesgos para los sistemas humanos y naturales y los procesos de inestabilidad de laderas y taludes forman parte de estos. La evolución del clima puede acarrear cambios en los índices de precipitaciones y por tanto afectar a la incidencia de los sucesos de inestabilidad, tanto de desprendimientos como desli- zamientos, ya que es evidente que existe una relación inequívoca entre la ocurrencia de ambos fenómenos (Komori et al., 2018). Los desprendimientos o caídas de bloques representan un riesgo importante a la hora de gestionar la adecuada conservación y explo- tación de las carreteras (Figura 3), especialmente cuando dicha problemática, como ocurre en la mayoría de las islas que conforman la Macaronesia por su orografía y naturaleza geológica, afecta a una longitud importante de su red viaria que discurre por relieves acciden- tados o terrenos escarpados. Figura 3. Vía de tránsito cortada debido a los desprendimientos de rocas en la isla de El Hierro. Fuente: fotografía I. Galindo. Figura 2. Desprendimientos de rocas afectando a una carretera principal de la red de la isla de Gran Canaria, Islas Canarias. Fuente: fotografía I. Galindo.

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