54 cimiento de productos seguros y de calidad a la población. Entre otras cuestiones, la industria reivindica dos aspectos para poder seguir siendo motor de la economía española y europea. En primer lugar, la estabilidad de los entornos operativos. Eliminar las barreras burocráticas que lastran las inversiones en el sector industrial, fortalecer la unidad de mercado, evitar impuestos discriminatorios que lastran la actividad…, en definitiva, consolidar entornos jurídicos y fiscales seguros que otorguen confianza a los empresarios para impulsar la creación de riqueza y empleo. Y, en segundo lugar, un impulso a la autonomía estratégica del sector, manteniendo la apuesta por la colaboración público -privada, pero contando con políticas públicas y medidas legislativas y fiscales que se conviertan en palanca y no en un muro de contención para las empresas. SOSTENIBILIDAD, INNOVACIÓN E INTERNACIONALIZACIÓN: EJES DE PRESENTE Y FUTURO Si hay un reto particularmente importante para el sector es la sostenibilidad. En un contexto marcado por una población creciente y el impacto del cambio climático, los elaboradores de alimentos trabajan para garantizar el acceso a alimentos y bebidas suficientes, manteniendo los altos niveles de seguridad y calidad alcanzados. El cambio climático afecta directamente a su actividad, que su producción está íntimamente ligada al medio, puesto que el 70% de las materias primas son procesadas por el sector, además del uso de recursos como la energía o el agua, y de cuya preservación y gestión depende el futuro de la industria. Para no comprometer estos recursos, y sin perder de vista la competitividad, las empresas se encuentran inmersas desde hace tiempo en la transición hacia un modelo productivo más sostenible, en línea con el Pacto Verde Europeo y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Por ejemplo, en materia de economía circular, desde el año 2014 se ha reducido la generación de residuos en un 10,3%. Esto equivale a un ahorro de más de 721.000 toneladas de residuos. Por otro lado, tres de cada cuatro empresas aprovechan los subproductos que se generan en sus procesos productivos y cuatro de cada cinco cuentan con acuerdos para la donación de excedentes alimentarios. Además de la reutilización del agua en el proceso industrial, la mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero, la mejora en el diseño uso, reutilización y reciclado de los envases y residuos de envases, son algunas de las múltiples las estrategias que ya se han puesto en marcha. Sin embargo, no solo desde las empresas se deben dar los pasos necesarios para lograr una transición eficiente, sino que las políticas públicas deben facilitar medidas que avancen en este proceso. Por ejemplo, modificar las normas sobre los pesos y dimensiones máximos de los vehículos pesados utilizados en el transporte nacional. O alinear la legislación medioambiental con otras políticas y códigos europeos para garantizar unas condiciones de competencia equitativas entre todas las empresas de la UE, como es el caso del Impuesto Especial a los Envases de Plástico de un solo uso, vigente solo en nuestro país.
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