53 mentación y bebidas a la España Vaciada’, el sector está presente en los municipios que acogen el 70,7% de la población de la España Vaciada, confirmándose como un agente decisivo en el desarrollo económico y social de estas zonas. La industria contribuye a la fijación de población en todo el territorio nacional, en especial en aquellas Comunidades en las que los problemas de desempleo y menores rentas habrían generado procesos de despoblación más intensos si no se hubiese contado con la presencia de esta y de la cadena de valor que genera en su entorno. Si miramos al mercado exterior, la industria de alimentación y bebidas es una potencia exportadora. El valor de las ventas al exterior de los alimentos y bebidas alcanzó en 2022 los 41.643 millones de euros. Además, la industria española ha concentrado el 10,4% de las ventas europeas situándose como la cuarta economía exportadora, lo cual demuestra que los alimentos y bebidas representan una rama de actividad determinante en la contribución del comercio internacional al crecimiento económico. ESTABILIDAD Y SEGURIDAD PARA EL PRIMER SECTOR INDUSTRIAL La aportación de la industria a la economía española no se reduce a la riqueza y el empleo generados directamente dentro del propio sector industrial, sino que hay que considerar también las aportaciones indirectas por el efecto arrastre en la cadena de valor. Empresas que proveen a la industria con los bienes y servicios necesarios para su actividad o que son receptoras, como el turismo, hotelería, restauración… forman parte de una red que no podría entenderse sin la aportación de la industria de alimentación y bebidas. Es por este efecto tractor que el sector cuenta con su propio PERTE, confirmando y visibilizando su carácter estratégico en la economía española. Aunque la participación para la industria ha quedado muy por debajo de la capacidad transformadora que posee, la llegada de estos fondos representa sin duda uno de los retos más prioritarios y urgentes. Es vital que la nueva legislatura acelere la llegada de unas ayudas imprescindibles para las empresas en medio de un contexto global muy difícil para su competitividad. Y es que, más de un año después de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, los sectores productivos siguen alerta ante cualquier acontecimiento que desestabilice los mercados, la energía y las materias primas. De hecho, los resultados del Informe Económico Anual elaborados por FIAB arrojaron el fuerte impacto que había tenido esta crisis en los resultados del sector. Durante el año pasado, un total de 150 compañías de menos de 50 asalariados cesaron su actividad, ejemplo del daño que la situación de inflación ha causado en la dinámica empresarial, especialmente en las pymes que han acusado más las dificultades de hacer frente a la producción con el aumento de costes. Por ello, una de las primeras peticiones que FIAB realizó de cara a la actual Presidencia española del Consejo Europeo fue que la Comisión Europea adopte medidas para garantizar a medio y largo plazo la competitividad del sector, tanto por la continuidad de su actividad como pilar económico como por la responsabilidad de garantizar el abaste-
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