IA38 - Almazaras

OLIVICULTURA 31 Sensores proximales utilizados en este proyecto: (A) Porómetro; (B) Dualex y (C) Spectrapen. que ser llevados a cabo en instalaciones de cuarentena, concretamente en un invernadero de seguridad biológica de nivel 2 (Figura 1A). En estos experimentos, la bacteria se inocula artificialmente simulando el proceso de alimentación del insecto vector que la transmite (Figura 1B). En total se están evaluando 10 variedades de olivo que incluyen Arbequina, Arbosana, Cornicabra, Gordal, Frantoio, Hojiblanca, y Picual. Además, se han incluido las variedades de origen italiano tolerantes a X. fastidiosa ‘Leccino’ y ‘Fabolosa’ y la altamente susceptible ‘Ogliarola Salentina’ y un acebuche. Una vez inoculadas las plantas, se monitoriza periódicamente la aparición de síntomas, y se realizan diferentes muestreos en la planta de material vegetal a lo largo del tiempo para cuantificar los niveles poblacionales de la bacteria. Para ellos se utilizan métodos moleculares de diagnóstico basados en PCR cuantitativa. Esta técnica es similar a la que se utilizó durante la pandemia de COVID para diagnosticar y confirmar las infecciones por el virus causante SARS-CoV-2. L uso de estos métodos moleculares de diagnóstico nos permite estudiar los patrones de colonización de la bacteria en las distintas variedades de olivo. Los resultados obtenidos hasta el momento han mostrado que todas las cepas inoculadas fueron capaces de infectar todas las variedades de olivo evaluadas, aunque la frecuencia de detección varió según la combinación cepa de X. fastidiosa y variedad, aunque en general, las poblaciones bacterianas en la planta tienden a disminuir con el tiempo. Las cepas de X. fastidiosa subespecie pauca presentaron mayor capacidad de colonización y carga bacteriana, mientras que las cepas de la subespecie multiplex mostraron una infectividad limitada. Hay que destacar la mayor capacidad infectiva de la cepa de la subespecie pauca procedente de Ibiza, lo que indica que hay que extremar los esfuerzos para que esta cepa no se disperse a otras zonas olivareras. La existencia de infecciones asintomáticas por X. fastidiosa en numerosas especies vegetales, la lentitud de aparición de los síntomas característicos de la infección por esta bacteria en olivo, y la existencia de síntomas inespecíficos que pueden ser confundidos visualmente a los de otros estreses abióticos y bióticos, hacen que los ensayos de patogenicidad en el patosistema olivo/ X. fastidiosa se tengan que realizar durante periodos prolongados, representando un desafío significativo para la investigación por el consumo de grandes recursos materiales, humanos y científicos. En trabajos previos se observó que la infección por X. fastidiosa en olivo produce principalmente, en ausencia de síntomas visibles, un desequilibrio en la composición de pigmentos, incluyendo carotenoides, flavonoides y xantofilas. Por este motivo, en nuestras investigaciones se están evaluando en las plantas inoculadas por X. fastidiosa una serie de indicadores de estrés mediante el uso de sensores proximales que miden el espectro visible, conductancia estomática o temperatura de las hojas (Figura 2). Estas medidas permiten estimar una serie de índices de vegetación que reflejan la respuesta fisiológica de las plantas de olivo frente a la infección por X. fastidiosa. Nuestro desafío es caracterizar un grupo de indicadores comunes para todas las combinaciones variedad de olivo/cepa de X. fastidiosa, que permita identificar ‘rasgos’ especiales en las plantas infectadas que sean diferentes a los de las plantas sanas ‘no infectadas’. Estos indicadores podrían además contribuir significativamente a facilitar el desarrollo de programas de mejora genética en olivo para la búsqueda de resistencia a esta bacteria.

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