ENTREVISTA 20 de una década estamos viendo como casi cualquier alimento elaborado utiliza como reclamo nuestro alimento, desde tomates fritos, y patatas chips, a sopas deshidratadas, salsas, repostería o margarinas saludables. Porque la salud es la verdadera clave del boom que está viviendo su uso de los aceites de oliva en la industria. Una etiqueta que indique que un producto se ha elaborado con aceite de oliva virgen extra, traslada al consumidor un mensaje producto más saludable que otro elaborado con otro aceite vegetal. Es un campo en crecimiento que esperamos que siga dándonos grandes satisfacciones en el futuro. ¿En qué parte de la cadena de la industria alimentaria y sectores concretos de la misma cobra más importancia el aceite de oliva? No tenemos datos concretos del peso de la industria alimentaria el consumo de aceites de oliva. No obstante, la presencia del producto en la elaboración de conservas de pescado es importantísima. Hay que recordar que España es una potencia en este campo. ¿Cuál es el factor decisivo que empuja a la compra de aceite al consumidor final, tanto de grandes o pequeñas superficies? Depende del mercado y del producto concreto. En China, por ejemplo, el aceite de oliva virgen extra se emplea a menudo como un regalo de prestigio, con el marchamo de exclusividad que otorga el origen España. En Estados Unidos, es la salud lo que moviliza al consumidor fundamentalmente. En España, la salud tiene un peso alto, pero también el sabor. El español tiene integrado en su memora culinaria el sabor de los aceites de oliva. ¿Cuáles son los principales mercados internacionales para el aceite de oliva español y cómo han evolucionado en los últimos años? La clasificación la encabeza Italia desde hace mucho tiempo. Ese país tiene un grave problema de abastecimiento. Su producción no deja de bajar y ya ni siquiera produce lo suficiente para cubrir la demanda interior. Por supuesto tampoco es capaz de generar aceite para sus exportaciones. Ese producto que le falta tiene que buscarlo fuera, empezando por hacerlo en el primer productor mundial, España. No obstante, Italia va perdiendo peso como destino de nuestras exportaciones. Antes, muchos de nuestros aceites iban a ese país y de allí se reexportaban a otros mercados, como el norteamericano o alemán. Ahora la exportación directa no para de crecer: somos nosotros los que enviamos nuestro producto a esos países, soslayando a la industria italiana que tiene cada vez un papel menos relevante en los mercados internacionales. Las patatas chips usan el aceite de oliva como reclamo.
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