IA33 - Almazaras

OLIVICULTURA 63 del 7% (9% en la capacidad de campo y 2% en el punto de marchitamiento), ocasionando que las fechas de control de la cubierta vegetal se adelante con respecto a los suelos arcillosos y francos. Por último, tenemos los suelos francos, que suelen estar asociados a suelos de elevada productividad agrícola, confluyendo en él las características positivas de los suelos arcillosos y arenosos. Así pues, son suelos con una textura relativamente suelta, propiciada por la arena, una buena fertilidad natural, aportada por los limos y una adecuada retención de humedad, favorecida por la arcilla, alcanzando una humedad disponible de un 22%, aproximadamente (34% en capacidad de campo y alrededor del 12% en el punto de marchitamiento. Otra de las cuestiones relativas al suelo, pero no directamente relacionadas con sus propiedades intrínsecas, tiene que ver con el historial de las operaciones agrícolas realizadas sobre el mismo, de cara a conocer su estado estructural, el banco de semillas presente en el mismo y sus características topográficas. Suelos muy labrados devienen en suelos muy degradados, con baja fertilidad natural debido a los fenómenos de erosión y escorrentía. Además, la utilización intensiva de maquinaria favorece la desestructuración del suelo, la ruptura de raíces de los árboles y la aparición de suelas de labor, lo que hace que el desarrollo radicular se vea dificultado. Por otro lado, si el sistema de manejo de suelo ha sido el no laboreo con suelo desnudo, tendremos condiciones de sellado en superficie, sobre todo en el caso de suelos limosos en pendiente. Como veremos en el árbol de decisiones esto influirá a la hora de seleccionar cuál es el tipo de cubierta que más eficazmente restaura las condiciones de un suelo muy degradado. Conocer es el banco de semillas presente en el suelo es también un aspecto a tener en cuenta, sobre todo si estamos considerando implantar una cubierta de hierbas espontáneas. En este caso, si el banco de semillas es escaso, será recomendable establecer una Cubierta Vegetal sembrada que, además, contará con poca competencia para su desarrollo. En el caso de existir un banco de semillas, es recomendable previamente identificar las especies mayoritarias para establecer la estrategia de control de dichas especies, tanto en el caso de que se establezca una cubierta espontánea (seleccionando aquellas especies que más nos interese) o una cubierta sembrada (determinando los productos a utilizar para controlar el mayor número de especies). Por último y en lo que se refiere al suelo, otro de los factores a tener en cuenta de manera previa al establecimiento y manejo de una cubierta es la topografía. La pendiente, además de incluir en los fenómenos erosivos y de escorrentía, condiciona en buena parte el manejo de la cubierta vegetal. Terrenos de elevadas pendientes, dificultan la mecanización de las operaciones agrícolas en general y de la cubierta en particular. Así pues, en este tipo de terreno, será aconsejable el establecimiento de cubiertas esponImagen 3. Cubierta Vegetal sembrada de gramíneas. Imagen 2. Cubierta Vegetal sembrada de crucíferas. Imagen 4. Cubierta Vegetal de restos de poda con hojas de limpia.

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