IA33 - Almazaras

25 PAÍSES PRODUCTORES: LÍBANO Los olivos ocupan en el Líbano un total de 61.000 hectáreas, lo que representa alrededor del 23,5% del total de la superficie agrícola y casi el 5,4% del territorio del país. Los olivares se extienden en llanuras, colinas y montañas de hasta 1.200 metros, y están distribuidos de la siguiente manera: 41% en el Norte del país; el 21% en Nabatiye; 15% en el Sur; 13% en el valle de la Bekaa y 10% en el Monte Líbano. Sin embargo, los oleicultores y teniendo en cuenta la naturaleza resistente del olivo siguen plantando la mayoría de los olivos en secano. El 90% de los olivares esta plantado con dos variedades muy antiguas de la zona denominadas 'Baladi' (70%) y 'Soury' (20%). Cada una de ella cuenta con una gran variabilidad debido a variaciones clonales a lo largo de los años, y que aún no está completamente caracterizada. El resto (10%) incluye otras variedades del Líbano como ‘Ayrouni’, ‘Smoukmouki’ y ‘Shetawi’; variedades de países vecinos como la ‘Nabali’ de Jordania, ‘Chami’, ‘Daabli’, ‘Edlbi’ y ‘Zaity’ de Siria; y, de otros países tal como 'Manzanilla' y 'Arbequina' de España, ‘Koroneiki’ y ‘Kalamata’ de Grecia, ‘Coratina’, ‘Frantoio’ y ‘Pendolino’ de Italia y ‘Picholine Maorcaine’ de Marruecos. Una suma de 13 millones de olivos produce alrededor de 70 a 200 mil toneladas con una variación enorme de un año a otro debido principalmente a problemas de vecería y accidentes climáticos (heladas, granizo, sequia prolongada, vientos muy secos y fuertes, etc.). Más del 70% de la producción total se destina a la producción de aceite de oliva y el resto se consume como aceituna de mesa. La producción nacional de aceite de oliva está aumentando y ha alcanzado últimamente las 25.000 toneladas. En cuanto a las exportaciones, el Líbano ha estado entre los 20 principales exportadores de aceite de oliva a nivel mundial durante al menos las últimas dos décadas, alcanzando las 10.000 toneladas con un valor de alrededor a los 23 millones de dólares en 2020. Las exportaciones se dirigen principalmente a regiones con gran diáspora libanesa, como América del Norte, la UE, el Golfo, los países latinoamericanos, Australia y Nueva Zelanda. En general, los agricultores libaneses escogen las tierras con fácil acceso, fértiles y con posibilidad de riego para plantar árboles frutales, vid, y verduras; y, dejan las tierras marginales para plantar los olivos debido a que éste, con su naturaleza resistente, puede prosperar en tierras y condiciones áridas. Además, son pocos los oleicultores convencidos de que el olivo necesita cuidado en términos de manejo del suelo, poda, fertilización, riego y tratamientos contra plagas y enfermedades, lo que incrementa los problemas de vecería y reduce la calidad y las cantidades producidas. Por ello, desde hace tiempo, el cultivo del olivo ser muy tradicional y los olivares se fueron abandonando. Sin embargo, la gran crisis económica que asola al Líbano y la depreciación de la moneda libanesa y, en consecuencia, el valor de los salarios, así como la pandemia del Coronavirus, han obligado a mucha gente a regresar a sus pueblos a trabajar en la agricultura y, sobre todo, en el sector oleícola. Esta gente se ha encontrado muy apegada a su tierra y ha empezado a buscar nuevas tecnologías o antiguas tradiciones de cultivo para bajar los costes y al mismo tiempo mejorar su producción. La cubierta vegetal como alternativa al abono químico, que se ha encarecido sustancialmente, la introducción de gallinas en el olivar para reducir el uso de insecticidas contra la mosca del olivo, las herramientas de poda y de cosecha mecánica, el buen manejo de riego para incrementar el uso eficiente del agua, etc., son algunos ejemplos. CARACTERÍSTICAS DE LA CAMPAÑA EN EL LÍBANO La temporada de cosecha en el Líbano tiende a durar alrededor de dos meses por región de cultivo y requiere de seis a siete horas diarias de arduos esfuerzos. Eso es debido al hecho de que la mayoría de la cosecha sigue siendo manual y, muchas veces, utilizando varas de madera o de plástico, aunque varios oleicultores empiezan a utilizar vareadores eléctricos o a gasolina. Este tipo de maquinaria tiene mucho éxito porque es ligera y muy fácil de operar, y porque la mayoría de los olivares son en pendientes o incluyen olivos muy viejos que no se pueden recoger utilizando otro material como vibradores de tronco o vibradores a paraguas invertidos.

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