77 RIEGO Por su parte, la estimación de cuánta agua está disponible al sol proveniente de lluvias anteriores raramente puede resumirse en una fórmula sencilla. Por eso, el balance hídrico a veces presenta limitaciones que pueden requerir combinarla con otras aproximaciones. CONTROL DIRECTO CON SENSORES El uso de sensores puede permitir modular el riego sin tener que hacer ninguna suposición sobre el balance hídrico del suelo. La ventaja es que podemos conseguir que el riego se acomode espontáneamente a la demanda y responda a factores complejos sin que ni siquiera los hayamos previsto. Esto permite sistemas bastante sencillos pero eficaces, que encuentran aplicación, sobre todo, en pequeñas instalaciones de riego, como invernaderos, viveros y jardinería. Debemos tener en cuenta que en instalaciones de riego algo grandes no suele ser viable poner en marcha/detener el riego en cualquier momento, porque ocasionaría un desaguisado en el sistema hidráulico. Esta gestión del sistema hidráulico debe hacerlo un autómata de riego, que coordinará la programación de los diversos sectores de riego de manera que no entren en conflicto entre ellos. Por tanto, los sensores no deberían saltarse el autómata, sino que deberían usarse como condicionantes en sus programas. Algunos inconvenientes que presenta el control directo del riego utilizando sensores son que, en general, los sensores no informan de qué cantidad de agua se debe aportar, ya que sólo indican si falta o no. Además, sólo responden a lo que está pasando en el preciso momento y no ofrecen ninguna previsión de los requerimientos de riego que tendremos más adelante.
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