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46 CAMPAÑA 22/23 viene repitiéndose conmayor frecuencia y que provoca que los periodos de sequía sean cada vez más largos y que las altas temperaturas o las heladas afecten al árbol en periodos en el que el fruto está en pleno desarrollo. De todas formas las esperadas lluvias en este mes de septiembre puede hacer que el rendimiento real de la cosecha pueda acabar siendo mejor de lo esperado. "Ambos factores, altas temperaturas y falta de lluvia, tienen un efecto muy negativo en el desarrollo del fruto, dependiendo también de la época en la que afecten de forma más intensa: las altas temperaturas durante parte del pasado mes de mayo, y que en muchas zonas se dieron justo en pleno cuajado de la flor, abortaron muchas de ellas, lo que unido al levante que también sopló con intensidad en esos días, fueron la causa de la merma en producción tan importante que esas zonas van a sufrir. A partir, de ahí, la falta de lluvia no ha hecho sino agravar aún más esta situación, afectando incluso a los regadíos y a zonas que se habían salvado de esa primera ola de calor", explica Juan Antonio Tello, gerente de Laboratorios Tello. "No solo es la falta de lluvia, volvimos a tener un mes de mayo con temperaturas muy elevadas que quemaron las flores o los frutos recién fecundados, un julio muy caluroso que 'quemó' frutos y prácticamente paró la fotosíntesis de los olivos hasta terminar agosto. En resumen: entre la sequía, el corrimiento de mayo y las altas temperaturas, en Extremadura se espera una cosecha en torno a 50 mil toneladas de aceites. Pero ello podría verse reducido aún más porque ya están viniendo compradores de aceitunas desde Andalucía que incluso adelantan parte del pago de la aceituna; a todo esto podríamos tener uno o dos puntos menos de rendimiento industrial por la parada estival por las altas temperaturas, es decir, frutos que sintetizan menos aceites y adelantarán su maduración", explica Montaño. En general, se prevé unmenor número de frutos, que madurarán antes y con menos rendimiento graso. "El mal cuajado de mayo reduce el número de frutos, que no serán de mayor calibre que el año pasado y con baja relación pulpa hueso. La parada fotosintética de julio y agosto, junto con la sequía, hará que los frutos arranquen la lipogénesis con un bajo contenido graso (lo iremos viendo con los primeros muestreos que vayamos realizando paramonitorizar la maduración). A ello le sumaremos que, con baja carga y elevada irradiación solar, los frutos pigmentarán y "madurarán" antes (o eso parecerá por fuera). La respuesta del olivicultor podrá ser o tener una campaña corta y recoger los frutos pronto, o creer que habrá un aumento del contenido graso (subiría el rendimiento graso húmedo pero el seco estaría constante), haciendo de esta campaña más larga de forma innecesaria", añade el responsable de I+D del CTAEX. n En esta campaña se prevé un menor número de frutos, que madurarán antes y con menos rendimiento graso

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