PAÍSES PRODUCTORES: PORTUGAL Conozcamosmejor la Sociedade Agricola Ouro Vegetal que usted dirige... SAOV es una empresa con 18 años, dedicada a producir aceites virgen extra de calidad, obtenidos a partir de aceituna de nuestros olivares y de otros productores. Hoy día estará entre las 20 almazaras más grandes de Portugal, exportamos aceite de oliva a granel y envasado a varios destinos, siendo nuestro mercado principal el norteamericano. Buscamos ser un socio honesto y que merezca la confianza de todos sus clientes y proveedores. La producción de aceite de oliva en Portugal ha crecido de forma significativa y se ha transformado en los últimos años. ¿Se van a seguir produciendo grandes cambios a medio plazo? La expansión del cultivo ya se encuentra en una fase bastante menos agresiva. Se sigue plantando, pero bastante menos que en el pasado. El olivo ya sufre la competencia de otros cultivos, presuntamente más rentables. El suelo adecuado y con buena disponibilidad de agua es cada vez mas caro y escaso. ¿Cómo se presenta la campaña 2022/23 en Portugal? Si todo sale perfecto, vamos a producir la mitad del año pasado, pero puede ser menos, incluso por debajo de las 100.000 toneladas. Estamos pagando la factura de la super producción de la campaña anterior, y quizá también nos estemos enfrentando al declive productivo de los superintensivos más antiguos. Años calurosos y secos normalmente son positivos en lo que respecta a la calidad, pudiendo ser un año con mejores aceites que el anterior. Por la baja cosecha, la recolección deberá estar prácticamente terminada a principios de diciembre. ¿Se ha impuesto también la visión de calidad vs. cantidad en la producción de aceite de oliva en Portugal? En palabras sí, pero hay un gran trabajo por delante para convertirlo en una realidad. Estamos en un momento que el sector necesita madurar, salir del estado de euforia en que se encuentra, para poder crecer en calidad sin dejar de ser competitivo en los mercados. Si no lo hace terminará con descuentos de precio para poder competir con arbosanos y arbequinos iguales, pero geográficamente más próximos a los grandes compradores. Existen importantes limitaciones tecnológicas y técnicas en el sector. Las diferencias principales de las instalaciones que se hacen hoy día son que tienen una arquitectura más cuidada, más acero inoxidable que hace 20 años y en vez de pulsadores hay una pantalla táctil, todo el resto ha cambiado poco. Las almazaras siguen paradas en el tiempo si las comparamos con otras industrias alimentarias. Se busca en un conjunto de ofertas el menor precio para elegir el proveedor de maquinaria y al final se ignora o desconoce que para tener una línea de proceso fácil de limpiar, con suficientes controles de proceso, buen nivel de información y con buena eficiencia térmica y eléctrica, hay que invertir entre un 30% y 50%más que lo que aparece en la cotización. El sector no identifica las ventajas a la hora de hacerlo y los fabricantes se acomodan a los humildes niveles de exigencia del sector. Se pueden producir grandes volúmenes de alta calidad durante una semana en cualquier almazara que tenga maquinaria en inox, pero hacerlo durante una campaña entera es muy difícil, ya que en una instalación común la calidad no aparece de forma natural, pero sí de forma forzada, exclusivamente dependiendo del factor humano, a coste de excesos físicos y mentales. En Portugal se necesitan técnicos y maestros con experiencia, hay que formar y educar a profesionales. El enfoque todavía se rige más por la cantidad que por la calidad y es un fenómeno global, no es exclusivo de Portugal. Nuestra ambición colectiva debe ser más grande que solo la de obtener aceite sin defectos sensoriales. “Estamos en un momento que el sector necesita madurar, salir del estado de euforia en que se encuentra, para poder crecer en calidad sin dejar de ser competitivo en los mercados” 41
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