IA25 - Tecnología y equipos para almazaras

DENOMINACIONES DE ORIGEN Por contra, puede haber un aumento importante de las exportaciones. No tener que lidiar con los aranceles de Trump es un factor realmente positivo que nos puede ayudar mucho en el mercado exterior. ¿De qué forma pueden acabar afectando elementos como el aumento de los precios energéticos o del equipamiento a causa del aumento de precios de las materias primas o de la logística? Nos va a afectar igual que al resto de la industria. No se trata solo de la electricidad, pues en las almazaras se puede utilizar el hueso de la aceituna o el orujillo para generar energía, sino del problema que supone para la cadena de suministro. El problema principal al que se enfrenta el sector es que el encarecimiento del proceso productivo y de distribución no se puede trasladar a los precios de venta, acabaríamos con la demanda. Espero que esta situación sirva para que el sector del aceite de oliva trabaje en mejorar sus eficiencias económicas, en reducir costes y en la optimización de procesos productivos. ¿Cuáles son los principales retos que debe la afrontar la industria del aceite de oliva en estos próximos años? Los principales retos son mejorar la eficiencia de la produc- ción, recuperar el consumo interno y llegar a las nuevas generaciones para garantizar la supervivencia a futuro. En este sentido, hemos escrito un libro que, aunque está centrado en Jaén, es extrapolable a otras regiones pro- ductivas españolas. Una de las cuestiones fundamentales que tratamos es la digitalización, desde el campo hasta el consumidor final. Hay que trabajar mucho en ello, y la PAC puede ayudar. Debemos aplicar sensores, medidores, drones, big data, inteligencia artificial, machine learning, etc. Todas las nuevas tecnologías son un reto clave. La mejora de la internacionalización es otro punto funda- mental, especialmente para Jaén, así como la diferenciación de los aceites de oliva en todos los países destino. La profesionalización de las industrias, sobre todo en las cooperativas, es imprescindible para mejorar los rendimien- tos. Un dato muy significativo que demuestra el margen de mejora es que en la campaña 2019-2020 solo el 9% de todo el aceite virgen extra de Jaén que vendimos fue envasado; frente al 25% de Andalucía y el 25% de España. La sostenibilidad es también otro muy importante. Pero una sostenibilidad bien entendida, lo que yo llamo el ‘AOVE ético o aumentado’. A la gente no le importa tanto si lo que hay dentro de la botella es aceite de oliva, virgen o virgen extra, sino que el proceso productivo haya sido de virgen extra: que no contamine, no agote acuíferos, no colmate pantanos, que se paguen salarios justos, que se trate bien a los empleados inmigrantes, en definitiva, que se haga el bien común. Hace un tiempo Kantar publicó un estudio que decía que la gente joven no consume aceite de oliva porque lo consideran caro, en relación a los sueldos bajos que cobran; porque no se fían de las etiquetas y porque no querían botellas de plástico. Esto es muy significativo y se ajusta a la realidad. En esta línea, aumentar la olivicul- tura ecológica sería trascendental, aunque sigue siendo un proceso complicado por la excesiva parcelación en algunas zonas productivas. n 40

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