32 FERTILIZACIÓN Fertilizar, una cuestión de medida La alegría productivista y desmedida ha conducido a la situación actual del suelo agrícola, degradado por la erosión, la contaminación y la sobreexplotación. De ahí que en el presente se hable de análisis, de mediciones, de dosificación y optimización de las aplicaciones fertilizadoras. Miguel Ángel Mainar Jaime Álvaro es un agricultor con concesión de agua que ha apostado en los tres últimos años por el almendro. Sus nuevos árboles crecen con la alegría de los que no carecen de nada que sea imprescindible, pero el dueño de la finca nunca ha mirado tanto al suelo y a lo que hace en él. Aunque no acaba de dominar la técnica, intenta mantener una cubierta vegetal en el cultivo. Y cuando habla del abonado, piensa en los precios de los últimos años e ironiza: “ahora el fertilizante lo echamos con cucharilla”. La frase, que no deja de ser un chiste, tampoco deja de encerrar una verdad profunda que conduce a reflexiones sobre el pasado, el presente y el futuro de la fertilización. Un pasado con grandes lagunas de conocimiento y un abonado en desmesura, fruto de la ‘milagrosa’ experiencia de generaciones anteriores con el enriquecimiento mineral de las plantaciones. Alegría productivista y desmedida que ha conducido a la situación actual del suelo agrícola, degradado por la erosión, la contaminación y la sobreexplotación. De ahí que en el presente se hable de análisis, de mediciones, de dosificación y optimización de las aplicaciones fertilizadoras. Y de ahí que el futuro esté en esta dinámica, en el desarrollo de sistemas para conocer palmo a palmo la superficie que se cultiva y las necesidades de esta, así como las de cada cultivo y en sus situaciones agronómicas concretas. Sistemas, por otro lado, de precisión, para aplicar macro y micronutrientes,
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx