79 SECTOR abierta. Por otro, ha sido aprobada coincidiendo plenamente con las movilizaciones agrarias de las últimas semanas y tras la renuncia de Europa a algunos de los pilares de ese pacto en lo que a agricultura se refiere. Este hecho ha sido calificado por algunos como una provocación y entendido por muchos como una muestra de la poca convicción con la que las instituciones han ofrecido sus renuncias. ¿Cómo se puede prometer la eliminación de determinadas exigencias medioambientales con una mano y aprobar con otra una vuelta de tuerca verde?, se preguntan. UNA LEY CON FRENO DE EMERGENCIA Para el socialista César Luena, ponente de la ley, ni se trata de una vuelta de tuerca ni mucho menos de una normativa agraria, por lo que toda la polémica en este terreno es innecesaria, aunque interesada: “la ley es una aliada del sector y no una enemiga, como les están haciendo creer [a los agricultores] los grupos conservadores”, denuncia. Afirma Luena, en primer lugar, que, en relación con los ecosistemas agrícolas, el texto solo recoge un artículo y no tiene “ni una sola obligación directa para los agricultores”. Tampoco hay objetivos cuantitativos ni existe el mandato de conseguir una tendencia creciente en varios indicadores de biodiversidad, tal y como ocurre con otros ecosistemas, como los forestales o urbanos. “El artículo sobre ecosistemas agrícolas -explica el eurodiputado- se ha debilitado tanto que la sola obligación de los Estados miembros es la de realizar esfuerzos para conseguir mejorar esos indicadores, pero sin estar obligados a un resultado”. Y en este debilitamiento insiste, porque quiere que quede claro: “hemos incluido muchas flexibilidades para la agricultura y la seguridad alimentaria que han quedado reflejadas en forma de freno de emergencia para suspender las provisiones que afectan a la agricultura en caso de amenaza grave”; además, señala que se ha empleado “un lenguaje muy diluido en lo que respecta a las obligaciones de restaurar ecosistemas agrícolas”. Diluido, se entiende, para diluir en él las exigencias. Lamenta el ponente que haya tanto desconocimiento sobre el texto de la ley y que gracias a ello las falsedades que se dicen sobre ella puedan encontrar receptividad en el sector agrario, ámbito en el que lo que se pretende es “asegurar la propia viabilidad de los campos a largo plazo”, porque si no se actúa ahora, “en unas décadas el número de suelos fértiles en España se habrá reducido de forma alarmante”. En este sentido, cuanto más se tarde en abordar el problema más difícil será revertir la situación; por eso es “un instrumento necesario y urgente”, asegura. Luena ofrece una cifra para avalar esta afirmación: el 50% del PIB mundial depende de los servicios de la naturaleza, “fíjese si es importante recuperar la salud de la misma y contar con ecosistemas sanos”, remata. OPORTUNIDAD PARA LA AGRICULTURA DE CONSERVACIÓN La ley de restauración de la naturaleza, en su artículo agrícola, establece en qué sentido deberán ir los esfuerzos de los Estados a la hora de establecer los respectivos planes nacionales. El objetivo es mejorar la biodiversidad Según el eurodiputado César Luena, si no se actúa ahora, “en unas décadas el número de suelos fértiles en España se habrá reducido de forma alarmante” El eurodiputado socialista César Luena, ponente de la ley de restauración de la naturaleza, en conferencia de prensa el pasado 27 de febrero en el Parlamento Europeo. Foto: Alexis HAULOT / © European Union 2024 - Fuente: EP.
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