41 SECTOR en contra alguna vez), el inicio del proceso de elaboración de la norma pertinente, aunque no está claro que pueda producirse antes de las elecciones programadas para el próximo mes de junio. Entiéndase que no se trata de dar vía libre a cualquier tipo de modificación genética. Los diputados europeos, que apoyaron las NTG con 307 votos a favor, 263 en contra y 41 abstenciones, es decir, con una mayoría justa, establecen dos categorías para estas herramientas: las NTG1, que se consideran similares a las técnicas convencionales de hibridación de especies, y las NTG2, que sí deberán seguir cumpliendo “las mismas normas que los organismos modificados genéticamente”. Además, se defienden otras limitaciones, como que los vegetales obtenidos con las nuevas técnicas se prohíban en la producción ecológica y algo que no ha gustado a quienes están en la parrilla de salida para lanzar sus proyectos de investigación y desarrollo: la imposibilidad de patentar esas obtenciones. Sin patentes -señalan desde el PE- “se evitarán inseguridades jurídicas, costes mayores y nuevas dependencias para agricultores y obtentores”. El objetivo es lograr un sistema alimentario más sostenible y resiliente y, según Jessica Polfjärd, defensora de la propuesta, “reforzar la seguridad alimentaria de Europa y ecologizar nuestra producción agrícola”. Para esta diputada, las nuevas normas “permitirán desarrollar variedades vegetales que garanticen un mayor rendimiento, que sean resistentes a condiciones climáticas adversas o que requieran menos fertilizantes y plaguicidas”. LA CIENCIA, ESPERANZADA Las NTG, según explica Miguel Alfonso, investigador de la Estación Experimental de Aula Dei del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas), se han venido utilizando, en su caso, exclusivamente para experimentar en laboratorio con el metabolismo de las plantas, concretamente, con vistas a la obtención de biocombustibles. La diferencia entre una planta transgénica y una editada, señala, es que en la primera se introduce un gen de otra especie, mientras que en la segunda no. Así, la planta editada es indistinguible de la original. Dependiendo del número de ediciones que lleve, será NTG1 (hasta 20) o NTG2 (más de 20). Además de la presión ejercida por el sector biotecnológico y por amplios círculos de productores agrarios para que Europa cambie su normativa (solo Panorama normativo mundial de los cultivos editados genéticamente. Verde: Países en los que es probable que los productos se regulen como nuevas variedades convencionales tras las recientes actualizaciones de la política reguladora. Amarillo: Países en los que hay debates políticos notorios sobre propuestas para tratar las SDN1 como nuevas variedades convencionales. Rojo: Países en los que los productos SDN1 deben tratarse como OMG según interpretaciones judiciales basadas en antiguas normativas. Fuente: www.isaaa.org. Miguel Alfonso (EEAD-CSIC): “No tiene ningún sentido que nuestro trabajo se tenga que quedar en el laboratorio, es previsible que de esto surja una revolución en la agricultura”
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx