47 PATATA (OEVV del MAPA en España, Oficina Española de Variedades Vegetales) y por encima de todos, por la CPVO (Oficina Comunitaria de Variedades Vegetales), con sede en Angers (Francia). El ensayo DUS (DHE en español) consiste en demostrar, durante al menos dos años, que la nueva variedad es: • Diferente: Alguno de los 37 caracteres (11 en brotes, 10 en hoja, 7 en flor y 9 en tubérculo) de la variedad de patata presentada como nueva, debe ser diferente a los de las variedades existentes y registradas e inscritas por la CPVO. • Homogénea o uniforme: Todos los tubérculos y plantas de esa nueva variedad deben ser homogéneos o uniformes y no presentar diferencias entre unos y otros. • Estable: Con el paso de las generaciones (2 como mínimo), se mantienen los caracteres descritos para esa nueva variedad y no varían de un año para otro. En algunos otros casos, se buscan actualmente, unas características muy específicas y enfocadas a determinados grupos de población, más que al consumidor general; en este grupo podríamos incluir las variedades biofortificadas con hierro y zinc, las variedades con alto contenido en vitaminas, carotenos, insulina, con bajo contenido en acrilamida, después de la fritura, etc. Otro grupo, en el que no se obtienen propiamente nuevas variedades, sino clones en que cada individuo es una variedad diferente en sí misma, es el caso de la semilla verdadera de patata (TPS por sus siglas en inglés). Las técnicas de obtención de nuevas variedades de patata también han ido variando con el tiempo, desde los cruzamientos de los parentales con características buscadas, proceso que lleva entre 7 y 8 años para seleccionar la variedad, donde el proceso para introducirla en el mercado es más largo, a las herramientas biotecnológicas empleadas actualmente, que facilitan y acortan el proceso de la mejora. El 25 de julio de 2018, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) dictaminó que las plantas obtenidas mediante técnicas de mejora de precisión como CRISPR, son organismos modificados genéticamente (OGM), a diferencia de los productos obtenidos con técnicas de mejora mucho menos precisas, que están exentas de la legislación OGM. Como consecuencia, incluso los cultivos con alteraciones mínimas, introducidas mediante CRISPR, que también podrían surgir espontáneamente en la naturaleza, están sujetos a estas disposiciones. En este momento, en Europa, la tecnología CRISPR está considerada como transgénica y no está permitida, pero esperemos que tras la reciente propuesta de la Comisión Europea, apoyada por gran cantidad de científicos e instituciones, el Parlamento Europeo dé su visto bueno a que sea considerada no OGM. Es de esperar y deseable que, con una pequeña revisión de la legislación europea, se armonice la técnica CRISPR con el marco legal de otras naciones y permita a los científicos, mejoradores, agricultores y productores europeos incluir la edición del genoma como una de sus herramientas, para enfrentar los desafíos futuros del desarrollo sostenible, como ya se hace en la inmensa mayoría de países no europeos. OBTENCIÓN DE NUEVAS VARIEDADES DE PATATA EN ESPAÑA En España, en 1933 se creó la Estación de Mejora de la Patata (EMP), cuyas instalaciones estaban en Arkaute e Iturrieta (Álava). Los objetivos de este Centro eran: • El saneamiento de las variedades de patata cultivadas, suministrando material de calidad. • Empezar la organización de la producción de patata de siembra en España, aún inexistente. • La importación de variedades extranjeras, para estudiar su adaptación y obtener así nuevas variedades de patata, adaptadas a nuestro territorio. Extracción de las semillas de las bayas.
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