73 POSTCOSECHA estudio reflejaron un consumo diario de frutas y verduras, frente al 9% y 18% de participantes que sólo lo hacían dos veces en semana y cuatro veces en semana, respectivamente. En esta nueva encuesta, de nuevo, para la mayoría de los participantes el origen del producto, así como el modelo de producción y la inclusión de recetas en las que esté incluido el producto adquirido fueron las informaciones que más valoraron a la hora de ser incluida dentro de la etiqueta. Además, el 74% de los consumidores habituales de frutas y hortalizas indicaron que el código QR sería la tecnología más fácil de usar a la hora de ver la información contenida en la etiqueta, frente al 14% y 7% que consideraron que las tecnologías NFC y Realidad aumentada, respectivamente, también serían tecnologías fáciles para acceder al contenido de la etiqueta inteligente. Finalmente, el 82% de los participantes consideraron que este tipo de etiqueta aportarían un valor añadido al producto. Así, de acuerdo con estos resultados y a la actualización del estado del arte de los hábitos actuales de consumo de productos hortofrutícolas y las herramientas TIC empleadas en el etiquetado de alimentos, se decidió usar codificación QR, entre otras cosas, debido a que tras la pandemia del COVID-19 el consumidor está más familiarizado con este tipo de codificación en su día a día, además de convertirse en un nuevo estándar para los smartphones actuales, garantizándose la compatibilidad ya sea de manera nativa o con app externas que puedan vincularse a la cámara del propio dispositivo. Una vez establecida la tecnología que se empleará para la construcción de la etiqueta inteligente, se llevó a cabo la discusión, a través de reuniones periódicas, de los principales contenidos que se deberían incluir en la etiqueta inteligente. En este sentido, se quería llegar a una situación de compromiso ya que no se debería abrumar al consumidor con datos muy técnicos. Además, la interfaz y la información alojada debería ser lo más fácil y amigable para poder abarcar todo el espectro de consumidores posibles. Así, se decidió que la información que se iba a mostrar en la etiqueta debía de ser clara y concisa, y que al mismo tiempo permitiese crear una identidad de marca para que esta etiqueta inteligente sirviera como punto de encuentro informativo no solo de los productos en los que ésta se encontrara localizada (tomate Cherry Lobello y Sandía Premium) sino que también hiciese de fuente de información o repositorio sobre la propia entidad (Caparrós Nature), ya sean mostrando actividades, newletters, sección de noticias, entre otros. Para la mayoría de los consumidores la información relativa al valor nutricional del producto (75%), su origen (85%) y las condiciones de cultivo (65%) fueron las seleccionadas como indispensables a la hora de aparecer en la etiqueta CONTENIDO DE LA ETIQUETA Finalmente, la información contenida en la etiqueta inteligente se ha dividido en 3 áreas informacionales relacionadas con la producción, distribución y Plataforma del proyecto eTIC4FOOD en la que se recoge toda la información que aparece en la etiqueta inteligente para cada uno de los productos hortofrutícolas, sandía Premium y tomate cherry Lobello.
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx