HC367 - Horticultura

CULTIVOS TROPICALES 34 La propagación del cultivo es principalmente vegetativa, por cladodios o tallos, por lo que realmente se cultivan clones. La introducción masiva de material vegetal en este formato debería estar regulada y controlada para evitar la introducción de patógenos, como el virus X de las cactáceas (CVX). Además, es necesario evaluar su comportamiento en nuestras latitudes y sistema de cultivo, ya que no es posible extrapolar los resultados obtenidos en otras condiciones. En cuanto a sus requerimientos edafoclimáticos, la pitaya es sensible a las bajas temperaturas y no tolera las heladas. Por el contrario, tolera temperaturas altas (algunas especies hasta 45 °C), y prefiere humedades relativas medias-altas, debido a su carácter tropical. Aunque se adapta bien a una amplia gama de suelos, es sensible al encharcamiento por lo que debemos evitar los suelos arcillosos. Es tolerante a la salinidad y a la sequía, pero normalmente, y según las precipitaciones recibidas, requiere de riego para maximizar las producciones (500-2500 m3 por hectárea y año). Su ciclo anual comienza con la emisión de nuevos brotes vegetativos a la salida del invierno, entre febrero y abril (fase vegetativa). Posteriormente, florece en oleadas cuando los días son más largos que las noches, ya que es una especie de fotoperiodo día largo, y las temperaturas superan los 18 °C, lo que ocurre generalmente entre mayo y noviembre en nuestras condiciones. La fruta se recolecta unos 30-35 días después de la floración, por lo que la cosecha se concentra en los meses de junio a diciembre, con picos más acusados en agosto y septiembre. Los frutos se caracterizan por la presencia de escamas muy notables, en algún caso espinas, con piel roja o amarilla y pulpa blanca, roja o fucsia, dependiendo de la variedad. La pitaya en España se cultiva generalmente en cultivo protegido bajo malla o bajo plástico. Se suelen utilizar estructuras de invernadero diseñadas para cultivos hortícolas (tipo parral) o frutos rojos (macrotúneles). El cultivo protegido bajo plástico mejora las condiciones de temperatura durante la primavera y el otoño y protege al cultivo de las bajas temperaturas durante el invierno en las zonas donde éstas pueden ser limitantes. Bajo plástico se puede adelantar la entrada en producción, mejorar la productividad y ampliar el calendario de recolección de la pitaya. Por su carácter trepador requiere de un sistema de conducción, como los postes verticales, mayoritariamente utilizados en Centroamérica y el Sudeste asiático, o bien formación tipo parral, espalderas, malla electrosoldada simple o doble. Además, requiere de protección frente al exceso de radiación durante el verano, que produce quemaduras en los tallos, por lo que se utilizan mallas de sombreo o blanqueo de la cubierta. Sin embargo, la falta de luz reduce la floración, lo que nos obliga a sombrear lo mínimo imprescindible para limitar los daños y mantener la floración. La poda de formación viene determinada por el sistema de conducción elegido, que además condiciona la entrada en producción. Con la poda de fructificación debemos optimizar el número de cladodios productivos, controlando el tamaño y vigor de las plantas y facilitando el renuevo y el acceso a la polinización y recolección de los frutos. Las grandes flores blancas de la pitaya son hermafroditas, se abren tras la puesta de sol y se mantienen viables hasta las primeras horas de la mañana siguiente. Las flores son hercógamas, de manera que la parte masculina (los estambres) y la parte femenina de la flor (estigma) están espacialmente separados para evitar la autopolinización. La polinización en condiciones naturales se realiza principalmente por murciélagos o esfíngidos (mariposas nocturnas) que no están en nuestras condiciones, por lo que, en nuestras latitudes, es preciso llevar a cabo la polinización de forma manual. Además, la mayor parte del material vegetal hasta ahora introducido es parcialmente autoincompatible. Esto implica que el tamaño del fruto se ve afectado por el origen del polen y éste es mayor cuando el polen procede de otra variedad/clon, es decir la mayoría de las variedades prefieren la polinización cruzada. Necesitaremos por tanto combinar al menos dos variedades, mantener la viabilidad de su polen y recolectar y aplicar el polen de una a otra. Ello requiere de mano de obra especializada y disponible en la época de floración, en verano y durante la madrugada. Aquellas variedades que tengan un mayor grado de compatibilidad y produzcan frutos de tamaño comercial con su propio polen serán más valoradas. En cuanto a plagas y enfermedades, se han detectado algunos problemas

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